Mucho tendrán que cambiar las cosas para que al Real Madrid se le escape esta Supercopa de España. Los de Zinedine Zidane completaron un gran partido en el Camp Nou y se impusieron al Barça por 1-3, por lo que la remontada se antoja bastante complicada.
Los blancos, ayer de un verde que por televisión no se distinguía demasiado bien del azulgrana, fueron letales a la contra aprovechando la pegada de Cristiano Ronaldo y Marco Asensio, dos futbolistas que no se lo piensan cuando tienen espacio para disparar. Ambos saltaron al verde en la segunda mitad y ambos fueron decisivos.
Primera parte sin goles
El partido arrancó con intensidad, que es lo que se espera de un Clásico. Tanto Barça como Madrid salieron con fuerza y ninguno de los dos fue capaz de coger las riendas del juego, a pesar de que ambos fueron capaces de llegar con relativo peligro a la portería rival. Digo relativo porque no hubo ocasiones excesivamente claras.
Gol en propia puerta de Piqué
Todo cambió en la segunda parte. Marcelo recibió en banda izquierda y puso un centro muy peligroso que Gerard Piqué desvió hacia su portería. El central catalán engañó por completo a Marc-André ter Stegen y abrió la lata de la forma más dolorosa posible. Se lamentaba desde el suelo, tal vez pensando en el tweet que iba a escribir después de ducharse.
Piscinazo de Luis Suárez y empate
El Madrid se sentía cómodo y el Barça lo intentaba con más corazón que cabeza. Neymar se echa de menos y les urge fichar cuanto antes, ya que les faltó bastante chispa y creatividad en la zona de ataque. Gerard Deulofeu, el encargado de hacer olvidar al brasileño, no tuvo su día y fue sustituido en el segundo tiempo.
A pesar de los pesares, el empate llegó. Eso sí, de una forma poco honrada. Luis Suárez se marcó un piscinazo ante Keylor Navas y el árbitro, que tomó muy malas decisiones durante toda la noche, picó como un novato. Leo Messi asumió la responsabilidad engañando al portero costarricense para poner el 1-1 en el minuto 77.
Golazo de Cristiano Ronaldo
La alegría duró poco en Can Barça. Cristiano Ronaldo, que ya lo había intentado en una galopada previa, encaró a Piqué en un contraataque e hizo lo que mejor sabe hacer. Se llevó el balón hacia su pierna derecha y se sacó un zapatazo que se coló muy cerca de la escuadra de Ter Stegen. Fue un golazo en toda regla que le llevó a celebrar el tanto a lo Messi en su última visita al Bernabéu. Se quitó la camiseta y volvió a demostrar que tiene más músculos que un Action Man. La broma le costó una tarjeta amarilla.
La injusta expulsión de CR7
Esa amarilla te condiciona y te puede dejar fuera del partido si después pasa lo que pasó. En una acción con Samuel Umtiti muy cerca de la portería culé, CR7 se fue al suelo de forma involuntaria y el árbitro creyó que se había marcado un piscinazo. Si fue penalti o no tendrán que decirlo los expertos, pero en ningún caso puedes decir que el portugués se tiró. Burgos Bengoetxea le mostró la segunda amarilla y Cristiano se fue a la ducha antes de tiempo. Eso sí, antes le empujó levemente, algo que el colegiado reflejó en el acta para su desgracia. Lo más normal es que le caigan cuatro partidos de sanción por su desafortunada reacción.
Marco Asensio es un fenómeno
Tras la expulsión, el Barça trató de encontrar el 2-2, pero ocurrió todo lo contrario. Marco Asensio, que había saltado al terreno de juego para sustituir a Mateo Kovacic, se inventó un golazo en un contraataque excepcional. Tenía delante a Piqué y encararle era una opción. ¿Qué hizo? Soltar un zurdazo con el que envió el balón a la escuadra. Ter Stegen voló, pero no pudo evitar la enésima obra de arte de un chico que debería ser titular cuanto antes.