El Real Madrid sigue vivo. Todavía puede ganar la Liga porque no se dejó dos puntos en Granada. Los de Zinedine Zidane juegan muy bien y golean en el Santiago Bernabéu, pero los desplazamientos son otra cosa. Sufrieron en campo del Betis y acabaron empatando, y anoche ganaron de milagro gracias a un gran gol de Luka Modric a falta de cinco minutos para el final.
Benzema vio puerta de nuevo
La primera parte fue más o menos placentera. El gol de Karim Benzema en el minuto 30, a pase de Dani Carvajal, fue una bendición para los blancos, que ayer iban de azul.
Gil Manzano inició el contraataque del 1-1
Tras el descanso las cosas cambiaron por completo. El ritmo decayó y el Granada lo aprovechó para hacer daño con Peñaranda, Success, Rochina y El Arabi. El marroquí anotó el tanto de la igualada en el minuto 60 en un contraataque que empezó en una pérdida de balón provocada por el árbitro. Modric se topó con Gil Manzano y Rochina se hizo con el esférico para iniciar una contra letal.
El futbolista formado en el Barça se la dio a El Arabi para que definiera con lo justo ante Keylor Navas, que salió a la desesperada y llegó un poco tarde. Carvajal trató de despejar el disparo del delantero africano, pero ya era demasiado tarde.
Modric al rescate
Los minutos pasaban y las ocasiones brillaban por su ausencia. No había noticias de Cristiano Ronaldo, que volvió a hacer un partido muy gris, y la sombra del empate era cada vez más alargada. Todo hasta que Modric merodeó la frontal del área, levantó la cabeza y soltó un zapatazo que sorprendió a Andrés Fernández. Fue un obús que se coló muy cerca de la escuadra, un golazo que confirma la teoría de que el croata es de suma importancia para este Madrid.