Zinedine Zidane tiene motivos para estar preocupado. Su Real Madrid sigue sin perder, es verdad, pero últimamente empate más que los equipos de Segunda División.
Ayer fue incapaz de superar al Eibar en el Santiago Bernabéu. No arrolló como muchos esperaban y acabó pagándolo con un 1-1 que le lleva a compartir el liderato con el Atlético de Madrid.
Sorpresa y reacción
Los vascos dieron la sorpresa adelantándose en el minuto 6. Ander Capa la puso en el corazón del área y allí encontró a Fran Rico, que se lanzó a por el balón con maestría y superó a Keylor Navas con potencia y buscando el bote.
El Madrid no perdió la cabeza y Gareth Bale empató poco después al aprovechar un buen centro de Cristiano Ronaldo. El portugués se marchó de su par lo justo para ponerla al segundo palo con la zurda, donde el galés llegó con lo justo para superar a Asier Riesgo con algo de fortuna.
Como suele ser habitual cuando Cristiano da una asistencia, no fue él quien celebró el gol con el autor, sino que fue el autor el que tuvo que ir a darle las gracias. Son cosas que nunca cambiarán.
El segundo no llegó
Zidane dio minutos a Morata y a Marco Asensio, pero el marcador no se movió. Faltó fluidez con el balón y se echó de menos la magia de Modric. Dio la sensación de que no hay un plan concreto para superar al rival.
No siempre se puede ganar por inercia, y menos cuando llevas tres partidos empatando. Algo falla y tendrán que solucionarlo cuanto antes, ya que los equipos de entidad están por llegar.