Menudo partidazo el que se vivió anoche en el Santiago Bernabéu. Se notó que se enfrentaban dos de los mejores clubes del mundo. El Bayern de Múnich fue a por todas para levantar el 1-2 de la ida y logró su propósito, pero en la prórroga se acabaron sus esperanzas.
Cristiano Ronaldo, con un ‘hat-trick’, fue la gran estrella del partido. El portugués exhibió su pegada y se benefició de la miopía de los jueces de línea, ya que en dos de sus goles estaba en fuera de juego.
El árbitro no estuvo muy fino
La polémica arbitral es uno de los temas que más juego está dando hoy. Es evidente que al Madrid le favorecieron muchas decisiones, pero ya se sabe que es parte del fútbol y que todos los colegiados se pueden equivocar. Ni los merengues debieron protestar cuando el Barça remontó ante el PSG ni los culés deberían hacerlo ahora.
Primera parte sin goles y con muchas ocasiones
La primera parte acabó sin goles, y eso que ambos equipos tuvieron buenas ocasiones. Los de Zinedine Zidane desperdiciaron oportunidades de gol de todos los colores, especialmente en las botas de Toni Kroos. Cristiano tampoco estuvo fino y Manuel Neuer demostró que es uno de los mejores porteros del mundo desde hace varios años.
Lewandowski no falló desde los once metros
Así las cosas, la salsa del fútbol no llegó hasta el segundo tiempo, cuando el Bayern vio puerta en un penalti de Casemiro a Arjen Robben que en mi opinión fue bastante dudoso. Esta vez no fue Arturo Vidal quien asumió la responsabilidad, sino que el balón lo cogió Robert Lewandowski. El delantero polaco, que no pudo jugar el partido de ida, esperó a Keylor Navas para ver hacia dónde se lanzaba y colocó el esférico lejos de su alcance.
El primero de Cristiano
Eso pasó en el minuto 53 y los alemanes pudieron hacer el segundo poco después. Sin embargo, fue el Madrid el que vio puerta en el minuto 76 gracias a un gran centro de Casemiro que encontró la cabeza de Cristiano. El luso remató como pudo, con Lahm metiendo la cabeza para evitar el gol. Sin embargo, su testarazo fue inevitable y Neuer no pudo hacer mucho para mantener su portería a cero.
Autogol de Ramos
El Bayern no bajó los brazos a sabiendas de que con un gol forzaría la prórroga. Y eso fue justo lo que pasó. Dos minutos más tarde del empate, el 1-2 subió al electrónico por culpa de un error de Sergio Ramos, que introdujo la pelota en su propia portería sin querer.
La expulsión de Vidal fue clave
Llegaron los mejores minutos del Bayern y daba la sensación de que el Madrid podría quedarse en la cuneta en cualquier momento. Sin embargo, los bávaros se derrumbaron cuando el árbitro, el húngaro Kassai, mostró la segunda tarjeta amarilla a Vidal en una acción en la que no hubo falta. El chileno tocó primero el balón y luego golpeó a Marco Asensio, pero creo que en ningún caso debió ser amonestado por ello.
Con superioridad numérica el Madrid se sintió con la necesidad de ir a por el partido y eso fue precisamente lo que hizo. El Bayern no se amilanó, pero pronto empezó a sufrir el desgaste de un partido tan exigente.
Cristiano siempre tiene la caña preparada
Cristiano, en posición de fuera de juego, controló un balón en pleno corazón del área y remató con la pierna izquierda para batir a Neuer. El Bernabéu enloqueció, pero todavía quedaba la segunda parte de la prórroga por delante.
Marcelo nos dejó con la boca abierta
El Bayern, con Robben a la cabeza, trató de marcar el gol que les metía en semifinales. Las fuerzas escaseaban y no había orden, algo que aprovechó Marcelo para firmar una de las mejores jugadas de su carrera deportiva. Se fue de quien quiso con mucho talento y regaló el gol a Cristiano, que solo tuvo que empujarla en posición de fuera de juego.
Golazo de Asensio
Sucedió en el minuto 110, y dos minutos más tarde Asensio se sumó a la fiesta para finiquitar la eliminatoria por si había alguna duda. El balear, que va para crack, aprovechó los minutos que le dio Zidane para volvernos a maravillar. Esta vez ridiculizando a Mats Hummels, que pareció un veterano a su lado cuando le encaró. Hizo lo que quiso y definió con su pierna derecha ajustando el balón al poste derecho. Fue un gol de galáctico.