El Real Madrid conquistó su decimonovena Copa del Rey en un escenario al que le ha cogido el gustillo. Tal y como ya sucedió en 2011, los blancos se llevaron el partido por la mínima en Mestalla ante un Barça que quiso y no pudo.
Los goles de Ángel Di María y Gareth Bale fueron decisivos. El solitario tanto de Marc Bartra, que le puso mucha emoción a los últimos minutos, se quedó en una anécdota
Di María golpea primero
Los primeros minutos fueron muy emocionantes. Los blancos salieron a por todas, presionando arriba y creando peligro. De hecho, tanto empuje acabó con el primer gol de la noche gracias a una recuperación en el centro del campo. Di María se plantó ante Pinto algo escorado y retrasó más de la cuenta su disparo, pero acabó enviando el balón al fondo de las mallas.
Eso pasó en el minuto 10, y a partir de ahí los de Carlo Ancelotti se limitaron a defender y a salir a la contra. No podíamos esperar otra cosa, ya que es la manera de jugar de los dos equipos y el resultado propiciaba que el partido se instalara en un monólogo azulgrana que fue estéril durante la primera parte. Pocas ocasiones y mal finalizadas para que al descanso se llegara con el 0-1.
En la segunda mitad más de lo mismo. Al Barça le faltó profundidad y las ocasiones se podían contar con los dedos de una mano. Leo Messi, una vez más, estuvo ausente. No participó tanto como se espera de él y no fue ni de lejos de los mejores del equipo. Está desganado, algo le pasa. No sé si cambiará de aires en verano, pero buena falta le hace cambiar de actitud.
Bartra puso las tablas
Así las cosas, tuvo que ser Marc Bartra el encargado de igualar la contienda a la salida de un córner lanzado por Xavi Hernández. Le ganó la posición a Pepe y remató de cabeza muy forzado, cruzando el balón como pudo para sorprender a un Iker Casillas que no voló lo suficiente para evitar el 1-1.
Eso pasó en el minuto 68, así que podía pasar cualquier cosa. Los minutos transcurrían y nada cambiaba. El Barça tenía la pelota y el Madrid esperaba un error para salir corriendo a la contra. Y en una de esas llegó el 1-2 definitivo.
Bale se corona
Los merengues recuperaron un balón en la banda izquierda y se lo hicieron llegar a Bale, que superó a Bartra con un toque largo. Parecía que el canterano le iba a hacer falta, ya que le desplazó. Pero eso no fue suficiente para frenar a un hombre que es pura potencia. Bale ridiculizó al central en el sprint y se plantó ante Pinto, que ayer dejó muy claro que no es ni la sombra de Víctor Valdés. El galés le batió con un disparo sutil por debajo de las piernas y se fue a la banda para celebrar el gol de la victoria, el gol que le daba una Copa al Madrid. Para eso se le fichó por tanto dinero.
El Barça, casi en blanco
Es el fin de un ciclo. El fin de una temporada en la que, salvo sorpresa, el Barça no conseguirá ningún título importante. Tan solo ganó la Supercopa de España que le disputó al Atlético de Madrid en verano. El resto ha sido un «casi» que en el mundo del fútbol no sirve para nada.
Todo lo contrario le sucede al Madrid, que sin Cristiano Ronaldo demostró estar en un gran momento de forma. Han ganado la Copa del Rey, están en las semifinales de la Champions League y en la Liga todavía tienen opciones de ser campeones. Eso hace que la plantilla está muy motivada y que Florentino Pérez respire más tranquilo tras el pastizal que se gastó durante el pasado verano fichando a Isco, Illarramendi y Bale.