El Real Madrid ha mejorado, y mucho. Ayer tuvo el primer partido serio de la temporada y dio la talla, venciendo por 2-0 al Milan aunque pudieron ser bastantes más. Sin embargo, y no por quitarle mérito a los blancos, hay que decir que el conjunto italiano cada año está peor, algo que no es de extrañar si tenemos en cuenta que la mitad de la plantilla está compuesta por jugadores muy veteranos. Jugadores como Clarence Seedorf y Andrea Pirlo acabaron arrastrando los pies por el césped del Santiago Bernabéu.
No sólo decepcionó el poco podería físico de los de Allegri, también el tridente mágico con el que afrontaban el partido. Zlatan Ibrahimovic, Ronaldinho y Alexandre Pato pasaron inadvertidos. El Madrid defensivamente es un equipo muy sólido y en ataque ya se empiezan a ver destellos de calidad gracias a la asociación. Gran culpa de todo esto la tiene José Mourinho, quién sino.
El encuentro, tercero de la fase de grupos de la Champions League, se puso muy pronto de cara para los de la capital de España. Cristiano Ronaldo abrió la cuenta en el minuto 13 marcando un gol de falta. Esta vez no fue espectacular, sino que vino motivado por un error de la barrera milanista, que se abrió ante el temor de recibir un soberano pelotazo. Sin tiempo para celebrar o lamentar el gol, llegó el segundo. Esta vez fue Mesut Özil el protagonista, aunque contó con la inestimable ayuda de Bonera, que desvió el balón al fondo de las mallas engañando al guardameta Amelia.
La segunda parte fue un vendaval de ocasiones favorables a los locales. Sin embargo, jugadores como Gonzalo Higuaín y Ángel Di María no tuvieron el día. Cristiano Ronaldo sí estuvo soberbio, demostrando una vez más que está atravesando un momento muy dulce. Así las cosas, fueron pasando los minutos y el marcador se mantuvo en 2-0. El Milan renunció a todo porque no aguantaba el ritmo y el líder de grupo está cada vez más claro.