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El Madrid conquista la Champions de los milagros

Madrid-campeones
Los del Real Madrid con esta Champions League ha sido algo espectacular. No han sido superiores a su rival en ninguna de las eliminatorias desde que superaron la fase de grupos, pero eso no les ha impedido levantar la decimocuarta «orejona».

Los de Carlo Ancelotti se impusieron por 1-0 al Liverpool en una final marcada por el desorden previo al inicio del partido, que se retrasó algo más de media hora. El único tanto del encuentro lo marcó Viníciuis Júnior, aunque el MVP de la noche fue Thibaut Courtois, que con tres paradas estelares hizo posible que el Madrid agrandara todavía más su leyenda.

Un muro llamado Courtois

La primera temporada de Courtois en el Madrid no fue nada buena. Keylor Navas estaba a un nivel superior y hay quienes cuestionaron el fichaje de un portero que se sabía que era muy bueno. Afortunadamente para los blancos, las cosas han cambiado mucho desde entonces y esta temporada podríamos decir que ha sido la mejor de su carrera deportiva. El belga ha sido decisivo tanto en LaLiga como en la Champions, coronándose en una final que bien podría valer para argumentar que tal vez un portero también debería poder ganar un Balón de Oro (no lo hacen desde 1963, cuando Lev Yashin lo conquistó).

Premio a la resistencia

El Madrid supo resistir como siempre. Tiró de veteranía y de futbolistas que a nivel defensivo estuvieron de cine, como es el caso de Éder Militao, Casemiro o Dani Carvajal. Fue un placer ver con qué intensidad defensiva afrontaron el encuentro y con qué poderío ganaban los duelos ante un rival que se caracteriza por no dar por perdido ni un balón. No hubo noticias de Luis Díaz y Sadio Mané se apagó pronto, mientras que Mohammed Salah se topó siempre con Courtois. Así las cosas, solo era cuestión de esperar a tener una ocasión clara como la que tuvieron en la primera parte, cuando se les anuló un gol que para mí era legal.

El chispazo

El chispazo llegó en el segundo tiempo, cuando Fede Valverde inició una de esas arrancadas que llevan su sello y que aparecen en cualquier minuto del partido. El uruguayo centró con potencia y encontró a Vinícius en el segundo palo, quien libre de marca remató a placer para entrar en la historia de un club que muy pronto mejorará su contrato para que ningún jeque se lo lleve de la noche a la mañana.

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