El Real Madrid vivió un fin de semana redondo. Y buena falta le hacía. Tras la eliminación en la Copa del Rey y las dudas generadas al respecto, los de Zinedine Zidane estaban obligados a lograr un triunfo tras enterarse de los pinchazos de Barça, Sevilla y Atlético de Madrid.
Les visitaba la Real Sociedad, un equipo valiente que practica un buen fútbol. Sin embargo, sufrieron por culpa de la pegada de un equipo que no tuvo una noche para enmarcar, pero que se fue aplaudido por su público tras lograr un 3-0 que les sitúa con 4 puntos más que el Sevilla y el Barça con un partido menos.
Kovacic y Cristiano se entendieron como nunca
Mateo Kovacic abrió la lata en el minuto 38 al aprovechar una gran asistencia de Cristiano Ronaldo. El croata no falló ante la salida de Gerónimo Rulli y rápidamente le fue a dar las gracias al portugués. En vez de celebrarlo a su bola con el público, que es lo que empezó a hacer instintivamente, se acordó de que cuando un jugador del Madrid marca a pase de Cristiano lo primero que tiene que hacer es ir a abrazar a CR7.
No pasó lo mismo en el minuto 51, cuando se intercambiaron los papeles. Kovacic habilitó a Cristiano y el remate del luso superó a Rulli. Como era de esperar, se fue solo a celebrarlo con su típico ritual y ya después abrazó a sus compañeros. Seguramente a Kovavic también le habría gustado hacerlo así.
Morata hizo el 3-0
La sentencia fue marca de la casa. Lucas Vázquez habilitó a Álvaro Morata con un gran centro al segundo palo y el canterano no falló rematando de cabeza abajo, donde más les duele a los porteros. Pasó en el minuto 82 y el Santiago Bernabéu lo celebró por todo lo alto.