Era de esperar. El Liverpool está en venta porque así lo han decidido los que desde 2005 eran dueños del club, los estadounidenses Tom Hicks y George Gillet junior. Estos han nombrado como nuevo presidente a Martin Broughton, directivo de British Airways, a la vez que han anunciado su intención de vender un club que ahora mismo está endeudado hasta los topes.
En total la deuda ascienda ya hasta las 237 millones de libras, algo más de 270 millones de euros al tipo de cambio actual. Por eso no es de extrañar que hayan tenido que buscar una solución urgente ante tal insostenible modelo de negocio, porque no nos olvidemos que el fútbol es un negocio desde hace algunos años. Royal Bank of Scotland y el banco estadounidense Wachovia siguen esperando por los préstamos que en su día facilitaron al club.
La prensa británica ya sabía que algo se estaba cociendo, por lo que a principios de mes comentó que el banco Barclays apoyaría una refinanciación que tenía muchas posibilidades de terminar en venta. Ahora tendremos que ver si hay algún multimillonario capaz de hacer frente a la espectacular deuda que arrastran los de Anfield Road. Probablemente haya un jeque árabe como el del Manchester City dispuesto a pasar el rato disfrutando con un equipo de fútbol propio.