Maldito fútbol… Unas veces tan bonito y otras tan cruel. Hoy eres el rey del mambo y al día siguiente no te quieren ni para llevar las botellas de agua.
Pensabamos que la relación de amor entre Claudio Ranieri y el Leicester City no terminaría hasta que el entrenador romano lo decidiera, pero los malos resultados cosechados en lo que va de temporada han acabado con la relación contractual que les unía. El club inglés ha anunciado su destitución poco más de medio año después de que lograra una de las gestas más increíbles que se recuerdan.
De un sueño a una pesadilla
El actual campeón de la Premier League ocupa la decimoséptima posición a un solo punto del descenso. Si a eso le sumamos la inesperada eliminación en la FA Cup a manos del modesto Millwall, es más o menos normal que los dueños del club hayan tomado esta decisión tan dolorosa.
Esto es lo que se puede leer en el comunicado oficial que han emitido para dar a conocer la noticia:
La dirección siente que un cambio en el liderazgo, aunque sea doloroso, es necesario para el club. Es la decisión más difícil que hemos tomado, pero los intereses del club a largo plazo deben prevalecer sobre lo sentimental.
Son las palabras del vicepresidente, el señor Aiyawatt Srivaddhanaprabha. Tanto él como sus colegas no esperaban verse en una como esta después de mantener a todos los jugadores de la plantilla a excepción de N’Golo Kanté. Ven el descenso demasiado cerca y eso sería catastrófico a nivel deportivo y financiero.
Seguir con vida en la Champions no es suficiente
La única competición en la que mantienen la ilusión es la Champions League. Dudo que el despido tenga algo que ver con el 2-1 obtenido en el Sánchez Pizjuán, ya que es tan mal resultado dejando a un lado que la imagen ofrecida fue bastante pobre.
¿Cuál será su destino?
Ranieri, Mejor Entrenador de 2016 según la FIFA, pasa a engordar la cola del paro a poco más de tres meses para que termine una temporada que no borrará la felicidad de la anterior. Lo que no sabemos es si seguirá entrenando o se jubilará. Ojalá que sea lo primero, ya que es uno de esos sabios del fútbol a los queda gusto escuchar.