El fútbol femenino está en un momento muy dulce. Es verdad que todavía queda mucho camino por recorrer, pero no menos cierto es que la cosa ha mejorado muchísimo en los últimos años.
Esta temporada hemos asistido a partidos de la liga femenina que han logrado batir récords de asistencia en los estadios, pero la guinda al pastel ha sido el Mundial de Francia 2019, donde España ha caído dando la cara en octavos de final ante Estados Unidos.
Partidazo que decidió el VAR
Ese partido tuvo de media más de un millón de telespectadores, e incluso se llegaron a superar los dos millones de espectadores en diversas fases del encuentro.
España igualó el tanto de penalti con el que se adelantaron a los 7 minutos las norteamericanas, que por palmarés eran claras favoritas. Jenni Hermoso puso el 1-1 en el electrónico y con la esperanza de dar la sorpresa se llegó al descanso.
Por desgracia, Megan Rapinoe, que fue la autora del 0-1, estableció el 1-2 definitivo también desde el punto de penalti, y eso que Sandra Paños le adivinó la intención. Como en el primero, el VAR sirvió para confirmar que era penalti.
Quedaba un cuarto de hora por delante y España no tiró la toalla. Todo lo contrario. Se fue al ataque sin presión y a punto estuvo de lograr un empate que habría forzado la prórroga. De ahí que las jugadoras de Jorge Vilda se marcharan al vestuario con caras largas e incluso con lágrimas, ya que se vieron cerca de dar la campanada ante una de las grandes favoritas, por no decir la gran favorita.
Ganó el fútbol femenino español
Con el paso de las horas, y reflexionando, la derrota sabe mejor. Parece una victoria y realmente lo es. El fútbol femenino sale muy reforzado tras el Mundial y estoy convencido de que no solo mejorarán las audiencias, sino que también habrá más patrocinadores que ayudarán a que el futuro sea todavía más brillante.