El Espanyol está en una situación crítica. El equipo que dirige Mauricio Pochettino ocupa por primera vez en la temporada el farolillo rojo de la Primera División. Ni los dos cambios de técnico durante la temporada parecen enderezar el rumbo de un equipo que naufraga partido tras partido. La vuelta de Tamudo y De la Peña no invita demasiado al optimismo pese a que son dos piezas fundamentales.
Esta tarde el Espanyol empezaba a jugar contra los equipos más complicados de la Liga, lo que quiere decir que le venía el Sevilla, va a Barcelona, le viene el Real Madrid y va al campo del Villarreal. Cuatro partidos complicadísimos en los que por lo menos tiene que sacar 4 o 5 puntos si no quiere hundirse más de lo que está ahora mismo.
Esta tarde, ante un Sevilla poco acertado, no fueron capaces de inquietar en exceso a Palop y acabaron pagándolo. Los hispalenses demostraron que son un equipo para luchar por los puestos de Copa de Europa y mataron el partido cuando más daño hace, a falta de 5 minutos para el final. El maliense Kanouté batió a Kameni por partida doble en el 85 y en el 92 y dejó Montjuïc más helado de lo que estaba.
Por si fuera poco, el Mallorca venció a domicilio en campo del Numancia por 0-1 y coloca al Espanyol en última posición con sólo 18 puntos en 23 jornadas. La salvación está a sólo 3 puntos pero el resto de equipos empiezan a distanciarse más de la cuenta. Además, Osasuna va en ascenso en las últimas jornadas y ahora mismo tiene muchas más papeletas para salvarse antes que el Espanyol.