El Bayern de Múnich ganó la Bundesliga el pasado domingo tras la derrota del Wolfsburgo en Mönchengladbach, pero ayer se despidió del segundo título que podía lograr. El Borussia Dortmund fue superior en una tanda de penaltis que nunca olvidarán los aficionados del club bávaro por lo amarga que fue.
No estarán en la final de la Copa de Alemania que se disputará el sábado 30 en Berlín, pero podrían estar allí siete días después si logran eliminar al Barça en las semifinales de la Champions League, algo que hoy por hoy se antoja cuanto menos complicado.
El Bayern no machacó cuando pudo
Robert Lewandowski adelantó al actual campeón en el minuto 29 tras aprovechar una gran asistencia de Mehdi Benatia, que recuperó cerca de la portería defendida por Manuel Neuer y le puso un pase en profundidad que le dejó solo ante el australiano Mitchell Langerak. Su primer disparo no fue del todo bueno, porque se estrelló en el poste, pero recogió el rechace y vio puerta con más astucia que otra cosa.
Los minutos pasaban y parecía que el equipo de Pep Guardiola se metería en la gran final, entre otras cosas porque gozó de buenas ocasiones para ampliar la diferencia en el marcador. Sin embargo, en el 75 apareció Pierre Emerick Aubameyang para dejar las cosas igual que estaban cuando el colegiado Peter Gagelmann decretó el inicio del partido. El delantero gabonés remató a gol una jugada en la que los jugadores del Bayern pecaron de pasividad.
De ahí en adelante el Dortmund tuvo dos grandes ocasiones que desbarató Neuer. Se llegó a la prórroga y el Bayern no fue capaz de aprovechar su superioridad numérica a partir del minuto 108, que es cuando el esloveno Kevin Kampl vio la segunda tarjeta amarilla por una entrada innecesaria sobre Bastian Schweinsteiger.
Una tanda de penaltis atípica
Se llegó a la tanda de penaltis y allí es donde los locales cayeron con todas las de la ley. Fallaron los cuatro lanzamientos de forma estrepitosa. Los dos primeros, los de Philipp Lahm y Xabi Alonso, se fueron a las nubes porque ambos se resbalaron al ir a disparar. Guardiola no se lo podía cree y Jürgen Klopp lo celebraba como nunca.
Malas noticias para Pep
La eliminación ya de por sí es una mala noticia, pero creo que es mucho peor quedarse sin Arjen Robben para lo que resta de temporada. El holandés regresaba tras una lesión y sufrió una rotura fibrilar en el gemelo izquierdo, así que se perderá lo que queda de temporada.
Lo de Lewandowski en un lance con Langerak fue menos grave, pero está prácticamente descartado para el duelo de ida ante el Barça. Tiene fracturada la mandíbula superior y la nariz y no parece probable que pueda jugar con la típica máscara que hemos visto en jugadores como Mario Mandzukic.
Guardiola estaba tan desquiciado que perdió los papeles con el cuarto árbitro en una acción que consideró injusta. Se encendió como pocas veces le hemos visto encenderse, pero al final se calmó y le dio un abrazo.