Franck Ribéry es un desagradecido. Carlo Ancelotti dejó escapar a Douglas Costa el pasado verano para darle la titularidad, algo bastante desafortunado en mi opinión teniendo en cuenta que el francés ya tiene 34 años y al brasileño todavía le queda cuerda para rato.
A pesar de los pesares, parece que la relación entre el veterano jugador y el técnico italiano no es la mejor, pues de lo contrario no se entiende por qué reaccionó tan mal cuando fue sustituido en el minuto 78 de un partido que ya estaba sentenciado.
Jugó pasado de revoluciones
Hay que decir que a Ribéry se le vio demasiado nervioso durante el tiempo que estuvo sobre el césped del Allianz Arena. En el minuto 11 se ganó una tarjeta amarilla por protestarle al árbitro antes de que le mostrara la cartulina amarilla a Sven Kums por un claro agarrón sobre Robert Lewandowski.
Lo más grave sucedió a falta de menos de un cuarto de hora para el final, cuando no le sentó nada bien dejar su lugar a Thomas Müller. Se fue con cara de pocos amigos, se quitó la camiseta y la lanzó contra el banquillo.
Ancelotti habló del tema
Ancelotti no ocultó su disgusto en la rueda de prensa posterior al partido, a la vez que explicó por qué le había sustituido:
Ribéry tenía tarjeta amarilla, así que decidí protegerle y darle descanso. Estaba enfadado, pero debe preguntarle por qué reaccionó así. Puedo entender que quiera jugar 90 minutos, pero no puedo entender su reacción.
Tendrá que dar explicaciones
En el club tampoco ha gustado su actitud y hablarán con él para que se disculpe públicamente, algo muy necesario para calmar los ánimos tras el mal inicio de temporada que está firmando el Bayern de Múnich en la Bundesliga.