El Deportivo de La Coruña nos sorprendió ayer con la destitución de Víctor Sánchez, un hombre que logró el objetivo para el que fue contratado: no descender. El equipo gallego hizo una buena primera vuelta, pero los malos resultados de la segunda vuelta y los líos en el vestuario han acabado con el técnico madrileño, al que todavía le quedaba un año de contrato que pensaba cumplir.
Donde dije digo, digo Diego
Tino Fernández, el presidente del Dépor, ha tomado una decisión que no parecía pasar por su cabeza el pasado 14 de mayo, justo cuando disputaron el último partido de Liga en Riazor ante el Real Madrid. El máximo mandatario del club respondió con un «no» rotundo a una pregunta sobre si era la última vez que Víctor se sentaría en el banquillo blanquiazul.
50 partidos al frente
El exfutbolista del Dépor volvió a Riazor como entrenador en abril de 2014 para sustituir a Víctor Fernández y desde ese momento ha dirigido 50 partidos con un bagaje que no es del todo bueno: 10 victorias, 25 empates y 15 derrotas.
Malos resultados y mal ambiente
Lo que más le ha penalizado son los problemas que se han originado en el vestuario. Los malos resultados han podido influir mucho en el mal ambiente y el madrileño no ha sabido enderezar la situación con mano dura. El representante de Luisinho le acusó de haber puesto a sus compañeros en su contra y el 0-8 que les endosó el Barça fue otra puñalada que puso en duda su continuidad. Ganar 2 de los últimos 19 partidos ha debilitado su imagen y le ha impedido cumplir el año de contrato que le quedaba. Una pena si tenemos en cuenta que durante la primera vuelta practicaban un fútbol bastante vistoso.