El Rey Califa vuelve a Primera División tras 42 años de espera, que se dice pronto. Lo hace tras un partido extraño que no tuvo un final feliz para la imagen de nuestro fútbol, puesto que algunos aficionados de Las Palmas no supieron comportarse y lo acabaron pagando con un gol que les dejó sin el ansiado ascenso.
Los canarios ganaban por 1-0 y la fiesta estaba a punto de empezar, pero no tuvieron paciencia y el Córdoba logró lo que nadie creía que podía lograr cuando ya casi se había cumplido el tiempo reglamentario. Un gol del mexicano Uli Dávila desató la locura en el Gran Canaria, donde los cordobeses no se lo podían creer y celebraban el triunfo con prudencia, porque muchos aficionados locales habían saltado al campo en plan salvaje y no se sabía lo que podía pasar.
Los insulares dominaron casi todos los aspectos del juego
Las Palmas dominó desde el primer momento. Los jugadores saltaron al terreno de juego con ganas de tener el balón y generar ocasiones de gol. Lo lograron gracias a la pelea de Aranda y el buen fútbol de Juan Carlos Valerón, que volvió a ser titular para tomar las riendas de los suyos. Las oportunidades no se hicieron esperar, pero al descanso se llegó con 0-0, un resultado que les valía para clasificarse en caso de que la prórroga terminara igual.
Arrancó la segunda mitad con un tanto de Apoño. Raúl Bravo se durmió con el balón y Nauzet se lo birló. La pelota acabó en los pies de Aranda, que vio venir al talentoso centrocampista malagueño, quien de primeras no dudó en colocar el interior de su pie derecho para batir con potencia a un Juan Carlos que estaba prácticamente vendido.
Invasión de campo y decepción mayúscula
La afición festejaba el gol y los minutos pasaban sin que el Córdoba fuera capaz de generar grandes ocasiones. De hecho, tuvieron más de una ocasión para finiquitar el ascenso, pero no lo hicieron y algunos aficionados cometieron un error cuando todavía faltaba un minuto y medio para llegar al tiempo reglamentario. Se produjo una invasión de campo y eso hizo que el árbitro detuviera el encuentro durante 10 minutos. Eso enfrió a los locales y dio algo de aire a los visitantes, que en el tiempo de descuento marcaron el 1-1 definitivo.
Pelayo la colgó al área, Raúl Bravo remató como pudo y Barbosa no fue capaz de hacerse con el balón. Uli Dávila, que llegaba desde atrás en plan oportunista, remató a placer para que toda Córdoba celebrara uno de los ascensos más esperados de su historia. Ahora podrán enfrentarse a Barça, Real Madrid y compañía por méritos propios. La plantilla dirigida por Albert «Chapi» Ferrer ha trabajado mucho para llegar hasta donde ha llegado.