El Chelsea ya tiene nuevo objetivo. Se llama Cesc Fábregas y es el capitán del Arsenal. Roman Abramovich se ha dado cuenta de que no solo basta con fichar delanteros y defensas, también hay que contratar a centrocampistas. Además, a poder ser creativos, puesta tanto Michael Essien como Obi Mikel no son grandes organizadores que digamos.
Este pasado fin de semana se pudieron ver todas las miserias de un Chelsea que Carlo Ancelotti no está sabiendo conducir hasta los primeros puestos de la Premier League. Su arranque de temporada fue magnífico, parecía un equipo imparable. Sin embargo, poco a poco se ha ido deshinflando y a día de hoy son muy pocos los que piensan que sigue siendo un serio candidato al título.
El domingo debutó Fernando Torres, por quien han pagado la friolera de 58 millones de euros. A pesar de ello, entró poco en juego y ni Frank Lampard pudo hacer que le llegaran balones en condiciones. ¿Solución? Fichar a un jugadorazo como Cesc Fábregas, uno de esos hombres que maneja el balón como pocos. Lo más parecido a Xavi Hernández y Andrés Iniesta.
El principal problema es que el jugador en repetidas ocasiones ha reconocido que sólo dejaría el Arsenal para fichar por el FC Barcelona, el equipo al que ama desde pequeño. Sin embargo, los petrodólares de Abramovich podrían convencerle. Lo más complicado será que Arsène Wenger quiera desprenderse de él. De momento, en Inglaterra se habla de una oferta que rondaría los 50 millones de libras, unos 59 millones de euros al tipo de cambio actual.
La oferta deberá ser mayor si tenemos en cuenta que el Arsenal le pidió al Barça hace unos meses 70 millones de euros, cantidad desorbitada que haría que se convirtiera en uno de los fichajes más caros de la historia del fútbol.