Thibaut Courtois está cada vez más cerca de defender la portería del Barça, algo que pudo hacer antes de que regresara al Chelsea por contrato. El portero belga no quiere jugar en un equipo que se ha quedado fuera de la próxima Champions League y ve con buenos ojos regresar a España, donde se hizo famoso gracias a sus grandes temporadas en el Atlético de Madrid.
Conte aprueba su venta si deja suficiente dinero
A Antonio Conte no le parece nada mal que el internacional sea traspado siempre y cuando obtienen una cantidad elevada por ello. Por ahora se habla de 50 millones de libras, unos 63 millones de euros al tipo de cambio actual. Creo que no hace falta decir que el Barça no va a pagar semejante cantidad, sobre todo si son capaces de retener a Marc-André ter Stegen, algo que no está nada claro.
Los catalanes tienen más de un problema económico y no están en condiciones de tirar la casa por la ventana. A las costosas renovaciones que deben afrontar en las próximas semanas, como por ejemplo las de Neymar y Sergio Busquets, hay que sumar las dificultades que están encontrando a la hora de llegar a un acuerdo con un nuevo patrocinador que sustituya a Qatar Airways en sus camisetas. De hecho, Nike ha empezado a fabricar la próxima equipación sin publicidad.
El contrato de Courtois termina el 30 de junio de 2019 y no hace falta decir que es titular indiscutible. Es uno de los mejores del mundo en su posición, aunque hay quienes se atreven a decir que la lesión que sufrió a principios de temporada no le ha permitido rendir al mismo nivel que la temporada pasada.
Contacto con otros clubes
Por lo visto, el entorno de Courtois no solo ha contactado con el Barça, sino que también ha conversado con algunos representantes del Real Madrid y el PSG, otros dos clubes que podrían interesarse por el espigado guardameta ‘blue’.
Dos posibles sustitutos
El Chelsea, por si las moscas, ya sondea el mercado en busca de un nuevo portero de garantías. Los favoritos en estos momentos son Jack Butland (22 años, Stoke City) y Fraser Forster (28 años, Southampton). El primero de ellos está considerado como el portero inglés con más futuro, mientras que el segundo es el que está en todas las quinielas por lo que ha demostrado a lo largo de su trayectoria profesional.