Bruno Alves se ha decantado por el Cagliari para seguir disfrutando del fútbol a sus 34 años. El veterano central portugués ha abandonado la disciplina del Fenerbahçe para firmar un contrato que le unirá al conjunto italiano durante las dos próximas temporadas. Huye de los problemas políticos y sociales de Turquía para relajarse en las playas de Cerdeña.
Un central… ¿demasiado contundente?
No le irá nada mal el cambio de aires para reflexionar sobre determinadas cosas. Una de ellas es la agresividad con la que se empleó en el último partido amistoso que Portugal disputó ante Inglaterra. Fue a cortar un balón peleado por Harry Kane con mucha dureza y vio la cartulina roja directa con todo merecimiento. Tal vez Pepe debería pasarle el nombre del psicólogo al que va desde que Florentino Pérez le dio un tirón de orejas.
Quitando sus cruzadas de cables, hay que reconocer que Bruno Alves es un central muy correcto que le puede venir bien al Cagliari, que la temporada que viene regresa a la Serie A tras una temporada en el infierno. Aportará su experiencia y ejercerá de líder en una liga que para él es desconocida.
Ha jugado en cuatro países
Alves se formó en la cantera del Oporto y vistió la camiseta de Farense, Vitória Guimaraes y AEK de Atenas en calidad de cedido. Después de curtirse en Grecia regresó al Oporto, donde se hizo con la titularidad y se convirtió en una pieza clave del equipo. En 2010 fichó por el Zenit de San Petersburgo a cambio de 22 millones de euros y en 2013 se marchó al Fenerbahçe previo pago de 5,5 millones de euros. Ahora, por el hecho de terminar contrato, llega al Cagliari con la carta de libertad bajo el brazo y con un sueldo que suponemos que será inferior a los 2,5 millones de euros por temporada que se embolsaba en Turquía.