Increíble pero cierto. El partido que enfrentará este próximo sábado a Betis y Barcelona se disputará en el estadio Manuel Ruiz de Lopera a las 20:00 horas como estaba previsto. A pesar del botellazo a Armando en el partido ante el Athletic de Bilbao (no es el primero que se produce en este estadio), el Comité Español de Disciplina Deportiva ha decidido conceder la suspensión cautelar de la sanción de dos partidos que la Federación Española de Fútbol había impuesto al club verdiblanco. Apelación la había ratificado pero al final el partido se jugará en Sevilla y no en el estadio Vicente Calderón como al final parecía que sería.
Así pues las salvajadas se vuelven a imponer y aquí no ha pasado nada. Desde luego que con sanciones tan poco ejemplares como éstas será complicado erradicar este tipo de comportamientos garrulos. Por cierto, el campo del Betis parece estar lleno de garrulos. No me parece bien que una afición entera tenga que pagar el pato de lo que un energúmeno ha hecho, pero es que ya van unas cuantas en este campo. A este paso el fútbol español acabará pareciéndose más al argentino por culpa de los tristes espectáculos que se producen en las gradas. Porque tampoco hay que olvidar lo que sucedió este fin de semana en el otro campo de Sevilla, el Sánchez Pizjuán. Una serie de «seguidores» del Sevilla propinaron una paliza a un aficionado del Atlético de Madrid. Lo mejor de todo es que el agredido no ha querido denunciarlo porque dice que forma parte del «juego» entre bandas radicales. En fin…la cosa va cada vez mejor.
Especial mención también a las lamentables declaraciones de Chaparro, técnico del Betis, y buena parte de los directivos que amenazaban con no presentarse a jugar en el Vicente Calderón. ¿Qué justificación puede tener un botellazo a un futbolista? ¿Tiene que morirse para que realmente se trate de una salvajada con mayúsculas y se tomen las medidas oportunas?