De eliminatoria sentenciada a eliminatoria abierta en apenas 20 minutos. El Bayern de Múnich estuvo a punto de lograr un gran resultado en el Juventus Stadium, pero los italianos no le perdieron la cara al partido y viajarán al Allianz Arena con motivos para creer en la clasificación.
Müller y Robben golpearon primero
La Champions League es así de emocionante. Cuando llegan los octavos de final cualquier cosa puede pasar. Sobre todo cuando hay equipos con tanto nivel como el Bayern y la Juve, que nos deleitaron durante los 90 minutos y nos dejaron con ganas de más.
Los hombres dirigidos por Pep Guardiola se adelantaron en el marcador por mediación de Thomas Müller, que minutos antes había perdonado en una ocasión en la que no se entendió del todo con Robert Lewandowski. El futbolista alemán batió a Gianluigi Buffon con un remate libre de marca desde el punto de penalti en una jugada en la que participó Douglas Costa.
El brasileño, al igual que Arjen Robben, fue un dolor de cabeza para la defensa italiana. De hecho, el holandés hizo el segundo tras la reanudación con una de esas acciones marca de la casa. Recibió algo escorado en el pico del área y fue ganando ángulo para soltar un latigazo con la pierna izquierda. El balón entró con potencia cerca del poste, haciendo inútil la estirada de un Buffon que ya sabía lo que podía pasar.
La reacción no se hizo esperar
Los de Massimiliano Allegri no bajaron los brazos y el Bayern se olvidó de sentenciar. Y en esas un error de Joshua Kimmich volteó el encuentro por completo. Despejó con poca contundencia y el balón le cayó a Mario Mandzukic, que se la puso a Paulo Dybala para que definiera ante Manuel Neuer.
Eso pasó en el minuto 62. Los aficionados de la Juventus se volvieron a meter en el partido y el 2-2 estaba más cerca que el 1-3. De ahí que a nadie le pillara por sorpresa el tanto definitivo de Stefano Sturaro, que aprovechó una gran dejada de Álvaro Morata para establecer el empate definitivo.