Sorprendente portada la de la sección de deportes del diario alemán Bild. Aseguran sin miedo a equivocarse que el Bayern de Múnich está preparado para lanzar una ofensiva por Kevin de Bruyne, aunque las negociaciones no empezarán hasta verano de 2016, que es cuando planean su incorporación a la plantilla que no sabemos si por esas fechas seguirá dirigiendo Pep Guardiola.
¿El recambio de Robben?
Dicen que el técnico catalán está buscando un sustituto de garantías para cuando Arjen Robben se retire o haga las maletas. El holandés está en el mejor momento de su carrera deportiva, pero no hay que olvidar que tiene 31 años y su rendimiento algún día decaerá, a menos que tenga una pócima mágica como la que toma Francesco Totti para seguir goleando con la Roma.
La pieza de un engranaje que funciona
El elegido es el centrocampista de moda del Wolfsburgo, un hombre de 23 años que no fue lo suficientemente bueno para el Chelsea, que decidió desprenderse de él a cambio de 21,5 millones de euros. Fue una de las primeras inversiones potentes del conjunto alemán, que con jugadores como Luiz Gustavo o André Schürrle está construyendo un proyecto tremendamente ambicioso que cuenta con el apoyo económico de Wolkswagen, su principal patrocinador.
Los goles y las asistencias cuestan mucho dinero
El contrato de De Bruyne expira el 30 de junio de 2019, así que el Bayern tendrá que desembolsar los 50 millones de euros que dicen que podría invertir si quiere hacerse con sus servicios. Ya no es una promesa. Es uno de los mejores de la Bundesliga con todas las de la ley. Los 9 goles y las 17 asistencias que ha repartido en los 26 partidos que ha jugado le avalan. El Wolfsburgo no va segundo por casualidad.
El principal inconveniente para el Bayern es que no estará solo. El PSG también está interesado en su contratación, y me temo que como siga así otros grandes de Europa se sumarán a la puja.