Los directivos del Bayern de Múnich están perdiendo la paciencia con Pep Guardiola. No por los resultados que está obteniendo esta temporada, desde luego, pero sí con su indecisión a la hora de prolongar el contrato que le une a la entidad bávara.
El Liverpool está tentando a Jürgen Klopp y el técnico alemán les ha llamado para saber si tendrá hueco en su banquillo el próximo curso. Como la respuesta no puede ser ni afirmativa ni negativa porque no saben lo que pasará con Guardiola, el ex del Borussia Dortmund aceptará el contrato de tres años que le ofrecen los ingleses y dejará pasar el tren del Allianz Arena con la esperanza de tener otra oportunidad en un futuro no muy lejano.
Ultimátum
Franz Beckenbauer, presidente del Bayern, no se ha cortado la lengua a la hora de hablar sobre el tema ante los medios de comunicación de su país. Dice que no le van a esperar eternamente y solicita una respuesta antes de que termine el año. Quieren planificar lo antes posible la próxima temporada y no van a garantizarle la renovación si no da el «sí quiero» en 2015.
Tengo la sensación de que no va a continuar. El objetivo de Guardiola no es el de convertirse en un entrenador vitalicio como Sir Alex Ferguson. Prefiere probar las mieles de los grandes de Europa y no estancarse en un equipo. Es un hombre de retos y la Premier League está en su punto de mira. Por eso ya he dicho más de una vez que su destino es el Manchester City, donde se reencontraría con su amigo Txiki Begiristain.