El Arsenal aterrizó en Múnich con mucha ilusión. El 0-2 de la ida les dejó tocados, pero no hundidos. Los de Arsène Wenger confiaban en la remontada, igual que el Manchester City confía en darle la vuelta a su eliminatoria en el Camp Nou tras cosechar idéntico resultado.
Pep Guardiola no se arrugó. No recurrió a tácticas y planteamientos defensivos y jugó con los de siempre. Mismo esquema y misma filosofía para firmar un empate a uno que mete al Bayern de Múnich en los cuartos de final.
Sin noticias de Özil
Se esperaba mucho de Mesut Özil en su tierra, pero el alemán naufragó por enésima vez. Tan mal le fue que a Wenger no le tembló el pulso a la hora de sustituirle por Tomas Rosicky al descanso. El ex del Real Madrid revolucionó el Emirates Stadium con su fútbol en los primeros partidos, pero poco a poco se ha ido apagando.
Schweinsteiger y Podolski, los goleadores
El dominio del Bayern fue aplastante. El Arsenal no propuso argumentos futbolísticos suficientes como para ganar. Así las cosas, en el segundo tiempo Bastian Schweinsteiger abrió la lata en el minuto 54 tras recibir un gran pase de Franck Ribéry a escasos metros de la línea de gol.
El Arsenal reaccionó pronto. Lukas Podolski le robó la cartera a Philipp Lahm con un empujón clarísimo que el árbitro no fue capaz de ver. Controló el balón, lo orientó hacia la portería defendida por Manuel Neuer y soltó un zapatazo que se coló sin que nada pudiera hacer para evitarlo el meta germano.
El Bayer, junto al Atlético, son los dos primeros equipos que se clasifican para cuartos de la Champions. Veremos qué sucede hoy en el Barça-Manchester y en el PSG-Bayer Leverkusen.