El actual campeón de la Champions League tiene un pie fuera de la competición. Ayer perdió por 0-1 ante el Bayern de Múnich, en lo que sirvió a los alemanes como venganza por la derrota en la final del año pasado disputada en Madrid. Eso sí, todavía queda el partido de vuelta y los italianos pueden clasificarse si ganan por dos goles en el Allianz Arena. Talento tienen de sobra.
En el Giusseppe Meazza se las prometían muy felices. Leonardo alineó a su equipo de gala pero las cosas no salieron como esperaban. El Bayern fue mucho más ambicioso y tuvo importantes ocasiones de gol. El Inter también las tuvo, pero los delanteros de ambos equipos no tuvieron su mejor día.
Tuvo que ser Mario Gómez quien deshaciera la igualada en el último minuto de partido, cuando más duele. Arjen Robben disparó desde fuera del área, Julio César no blocó bien el balón y el delantero alemán estuvo más rápido y listo que nadie para aprovechar el rechace. Lucio, pese a su veteranía, no cubrió bien una jugada en la que el defensa siempre tiene que estar más atento que el delantero para evitar el gol.