Jupp Heynckes ya tiene su primer regalo de Navidad, un fichaje de invierno que esperaba con ganas. El técnico alemán quería a un delantero con el que dar descanso a Robert Lewandowski en partidos poco importantes y la directiva le ha concedido su deseo. A partir del 1 de enero tendrá a sus órdenes a Sandro Wagner, quien a sus 30 años regresa al club donde se formó tras jugar en varios equipos de la Bundesliga.
Un internacional alemán que ha explotado tarde
Es internacional alemán gracias a lo bien que le ha ido en sus dos últimas temporadas. Primero en el modesto Darmstadt, con el que marcó 14 goles en la temporada 2015-2016, y después con el Hoffenheim, que pagó 2,8 millones de euros para hacerse con sus servicios.
Su caché se ha disparado por los goles que ha ido marcando y Joachim Löw se lo llevó a la Copa Confederaciones sin dudarlo. Ahora, a punto de afrontar la recta final de su carrera deportiva, le llega la oportunidad de vestir la camiseta de uno de los más grandes de Europa, la misma que llegó a vestir en cuatro ocasiones en la temporada 2007-2008, en la que solo disputó 64 minutos antes de hacer las maletas para fichar por el Duisburgo.
Delantero tipo Fernando Llorente
Sandro Wagner mide 1,94 metros de altura y es el típico delantero rematador al que no le puedes pedir maravillas. Es de los que siempre están con la caña preparada y es muy poderoso en el juego aéreo, así que puede convertirse en una gran baza en partidos atascados que requieren colgar balones al área.
En su presentación ha reconocido que aceptó la propuesta desde el primer momento:
Estoy muy contento de que esto se haya dado. El Bayern es el mejor equipo de Alemania y uno de los mejores del mundo. Cuando recibí la oferta no tuve que pensarlo mucho.
Ahora hay que ver si el Bayern amortiza los 13 millones de euros que ha pagado por él.