En estos momentos Pep Guardiola es como un caramelo que anda suelto por el patio de un colegio. Todo el mundo quiere cogerlo, todo el mundo está dispuesto a hacer cualquier cosa para llevárselo. Sin embargo, él es algo más que un simple caramelo y para seducirle hay que hacer algo más que alargar la mano.
Tal vez por ello el Bayern de Múnich ya ha iniciado contactos con su hermano, Pere Guardiola. En el club alemán están interesadísimos en contar con sus servicios, motivo por el cual ya contactaron con Pere nada más terminar la final de la Copa del Rey que conquistó el Barça en el Vicente Calderón en mayo.
A estas alturas no hay nadie que no sepa que Guardiola quiere tomarse este año como un año sabático. Necesita descansar y reponer fuerzas para volver a entrenar en la temporada 2013/2014. Los nervios que ha pasado durante los últimos cuatro años le obligan a parar para pasar más tiempo junto a su familia.
Candidatos para hacerse con sus servicios no van a faltar. Tito Vilanova ha firmado dos años con el Barça, pero tampoco sería de extrañar que si las cosas fueran mal Guardiola llegará tras un año de contrato. Le dolería llegar en según qué circunstancias, pero seguro que aceptaría volver a la que siempre ha dicho que es su casa.
Las tentaciones llegan desde Inglaterra, Italia y Alemania. Clubes tan potentes como el Liverpool, el Inter de Milán y el Bayern de Múnich están dispuestos a hacer cualquier cosa para convencerle. Quieren que en sus estadios se practique el mejor fútbol del mundo, ese que durante las últimas cuatro temporadas se ha podido ver en el Camp Nou.