En Anfield ya se habla de la Europa League. De eso y del fracaso de un equipo que en principio no tenía que pasar demasiados apuros para colarse en los octavos de final de la Champions League. El retorno del Liverpool a las competiciones europeas no ha podido ser más amargo.
El Basilea sabía que un empate era suficiente para clasificarse. Por eso tomó todas las precauciones que hay que tomar cuando te enfrentas a un rival histórico que ya ha ganado la competición en cinco ocasiones. Pero también hay que decir que se lanzaron al ataque cuando lo vieron claro y gozaron de buenas oportunidades.
A Frei se le dan bien los campos ingleses
Tan buenas fueron algunas de esas oportunidades que se adelantaron en el marcador. Lo hicieron por mediación de Fabian Frei, un centrocampista de 25 años que se presentaba en Merseyside con un currículum muy respetable. Ya había marcado en el White Hart Lane y en Old Trafford en años anteriores, así que los hombres de Brendan Rodgers se equivocaron al darle demasiada libertad. Su gol subió al electrónico en el 25 y complicó las cosas todavía más para los locales.
Buscando soluciones sin Balotelli y sin Sturridge
Esta vez no pudieron echarle la culpa a Mario Balotelli porque no estuvo sobre el césped. Tampoco a Daniel Sturridge, que seguro que estoy convencido de que hubiera aportado muchas más cosas que el delantero italiano de origen africano.
Expulsión de Lazarov y golazo de Gerrard
La peor noticia posible llegó en el minuto 60, cuando Lazar Markovic, que había saltado al terreno de juego tras el descanso, fue expulsado por una jugada con Behrang Safari. El ex del Benfica dejó a su equipo con uno menos y la remontada parecía imposible. No tanto cuando Steven Gerrard puso el balón en la escuadra en un lanzamiento de falta brillante, pero en los 9 minutos más el añadido que restaban no llegó el gol de la clasificación. Se tendrán que conformar con la Europa League, donde sin duda alguna serán favoritos sin muestran un fútbol más alegre del que han desplegado en esta Champions.
El Basilea, por cierto, será una de las pocas peritas en dulce del sorteo de octavos.