¿De qué sirve tener a un futbolista que cobra mucho y no juega? Eso mismo es lo que se están preguntando los directivos del Barça en estos momentos. Gerard Piqué era uno de los intocables en la época de Pep Guardiola y Tito Vilanova, pero a día de hoy está muy lejos de ser aquel central que coqueteó con la posibilidad de ser el mejor del mundo.
A Luis Enrique no le ha convencido en lo que va de temporada y por eso le ha dejado fuera en más de una ocasión. Confió en él para el Clásico del Bernabéu y le falló. Por eso me da la sensación de que lo tiene crudo para volver a ser una pieza importante en el equipo. Le dejó fuera de la lista de convocados del partido de Liga ante el Celta y ayer, ante el Ajax en Champions, estuvo sentado en el banquillo. El técnico asturiano se decantó por un Marc Bartra que estuvo correcto durante los 90 minutos.
Los gallitos de la Premier suspiran por él
Ofertas no le van a faltar, desde luego. En la Premier League se van a pelear por hacerse con sus servicios, ya que por ahora conocíamos el interés del Manchester United, el Chelsea y el Manchester City, a los que recientemente se ha unido el Arsenal, que no descarta pescar en Can Barça ahora que el río está revuelto.
Venga de donde venga la oferta, parece que las cantidades ofertadas oscilarán entre los 25 y los 32 millones de euros, cifras que me parecen bastante coherentes teniendo en cuenta su edad (todavía tiene cuerda para rato) y lo mal que está últimamente.
Le venderá si…
El problema es el de siempre que hablamos de rumores que afectan a jugadores del Barça. Si el Tribunal de Arbitraje Deportivo (TAS) no rebaja la sanción que le impide fichar a lo largo de 2015, sería una imprudencia traspasarle por poco que confíe en él Luis Enrique. La plantilla es relativamente corta y no pueden permitirse el lujo de vender jugadores.