Si no pasa nada raro, el Barça estará en los cuartos de final de la Champions League como viene siendo habitual. Los hombres del Tata Martino jugaron un partido muy serio, siendo fieles a su estilo y demostrando que la paciencia es una de sus grandes virtudes.
El Manchester City le cedió la posesión a los azulgrana y esperó sus oportunidades a la contra, con un Álvaro Negredo que se peleó por cada balón para sacar petróleo. Pero al final tanta batalla no les sirvió de nada a los locales, ya que ganaron los de siempre por 0-2.
La primera parte fue el reflejo del respeto que se tienen ambos equipos. El City no fue el City que vemos en la Premier porque cedió la iniciativa por completo, mientras que el Barça fue a la suya sin tirar la casa por la ventana. Elaboraba jugadas largas y esperaba el más mínimo error para tener una ocasión de gol.
Un penalti lo cambió todo
Ocasiones de gol claras hubo pocas durante la primera parte, así que fue necesario esperar al segundo acto para ver los dos goles que se marcaron. El primero llegó en el minuto 54, poco después de que Martín Demichelis cometiera una falta muy clara sobre Leo Messi que para mí se produjo fuera del área. En lo que estamos todos de acuerdo es en el color de la cartulina, ya que al ser el último hombre el sueco Jonas Eriksson acertó expulsándole.
Messi no falló lanzando por el centro y a partir de ahí todo cambió. El dominio catalán se acrecentó y el City peleó todo lo que pudo y más para empatar. Lo intentó de todas las maneras, pero las ocasiones no fueron demasiado claras y Víctor Valdés siempre estaba ahí, como cuando tuvo que emplearse para atajar un gran disparo de David Silva, que controló con el pecho un gran pase de Mariano Zabaleta para posteriormente disparar con su pierna menos hábil.
Alves completó su gran partido haciendo el segundo
La estocada llegó en el último minuto, cuando Dani Alves, muy activo durante todo el partido, combinó con Neymar para plantarse solo ante Joe Hart. Había tenido una igual minutos antes, pero esta vez no la envió por detrás de la línea de fondo. Su disparo se coló por debajo de las piernas del meta inglés y en el Etihad Stadium se mascaba la decepción. La eliminatoria está prácticamente resuelta, pero Manuel Pellegrini y sus hombres no tirarán la toalla hasta que no se completen los 90 minutos que hay que jugar en el Camp Nou.