El Barça empató a dos en París anoche, un buen resultado para el partido de vuelta que sin embargo no ha sabido tan bien. Ganaban por 1-2 en el tiempo de descuento y han perdido a dos jugadores importantes. Leo Messi estará tres semanas de baja y Javier Mascherano seis.
Fue un partido extraño, ya que no sucedió lo que se suponía que tenía que suceder en cada instante. El Barça controló la posesión pero no creó peligro, mientras que el PSG aprovechó los robos de balón para montar contraataques letales. Ezequiel Lavezzi tuvo una muy clara a los 5 minutos, pero su remate, medio despejado por Sergio Busquets, acabó estrellándose con suspense en el poste derecho de la portería de Víctor Valdés.
Valdés providencial
El portero azulgrana volvió a reivindicarse en la capital de Francia, donde una semana antes se lució vistiendo la camiseta de ‘La Roja’. Salvó un lanzamiento de falta muy peligroso de Zlatan Ibrahimovic (no entiendo por qué no la lanzó David Beckham) y también un mano a mano al que acudió con toda la valentía del mundo.
Messi abrió la lata antes de lesionarse
Así las cosas, tuvo que ser un genio quien desatascara el partido con un gol. Messi apareció en el minuto 38 para hacer de las suyas y subió el 0-1 al marcador. Lo hizo aprovechando un estratosférico pase con el exterior de Dani Alves a la espalda de la defensa parisina. Definió con un disparo seco y cruzado con su pierna izquierda.
Messi se lesionó poco antes del descanso y Cesc Fábregas entró en su lugar. La segunda parte no fue lo mismo para el Barça, que sin su estrella sufrió y vio como en ataque apenas intimidaba.
Reacción local
A falta de 10 minutos para el final Ibrahimovic puso el 1-1 rematando en fuera de juego el rechace de un remate de su compañero Thiago Silva que se estrelló en el poste. Los franceses se animaron, pero el Barça no se relajó y el 1-2 llegó desde el punto de penalti. Xavi Hernández se encargó de transformarlo con mucha serenidad y parecía que la eliminatoria estaba más que encarrilada.
Mala suerte en el tiempo de descuento
Nada más lejos de la realidad. Blaise Matuidi, que no podrá jugar el partido de vuelta por acumulación de tarjetas, apareció cuando todo el mundo daba por hecho que el Barça se iría del Parque de los Príncipes con la victoria. Remató desde fuera del área y vio como Marc Bartra desviaba el balón ligeramente. Eso descentró a un Valdés que no pudo reaccionar a tiempo para evitar el empate.