El Barça vuelve a estar donde se merece, entre los ocho mejores equipos de Europa. Anoche, pese a todo lo que se había dicho después de la derrota en Valladolid, los jugadores dieron la talla y derrotaron al Manchester City en el partido de vuelta de los octavos de final de la Champions League.
No fue un encuentro fácil porque el City desplegó su fútbol con descaro y tuvo ocasiones de gol bastante claras, pero se toparon con un Víctor Valdés que se volvió a lucir.
En la primera parte pudo pasar de todo. Los dos equipos tuvieron ocasiones, pero se llegó al descanso con el 0-0 inicial, un marcador que le iba muy bien al Barça.
Apareció Messi
Leo Messi, tan criticado en los últimos días, decidió tirar del carro para abrir la lata en el minuto 67. El astro argentino, que un cuarto de hora antes había enviado un balón al poste de la portería defendida por Joe Hart, acertó con un sutil remate con su pierna izquierda. La jugada había empezado con una combinación típica de este Barça y Leo aprovechó la torpeza de Joleon Lescott para recoger un balón que quedó muerto dentro del área.
Vincent Kompany hizo el 1-1 a falta de un minuto para el final a la salida de un córner. Los azulgrana reclamaron fuera de juego, pero el juez de línea no lo vio igual. Por suerte, no hubo tiempo para la remontada y Dani Alves certificó la clasificación haciendo el 2-1 definitivo en el tiempo de descuento. El brasileño no desaprovechó una buena asistencia de Andrés Iniesta para fusilar a Hart y los tres jugadores que estaban debajo del larguero. Su celebración fue algo crítica con la grada.