Poca fe se le tiene al nuevo proyecto de Ronald Koeman, y que conste que la culpa no la tiene el holandés, que acaba de aterrizar y lo ha hecho con un buen historial como entrenador. La culpa la tiene un Josep Maria Bartomeu que es como un zombie que va dando bandazos por el Camp Nou. Logró mantener a Leo Messi en plantilla pero el argentino no puede estar más enfadado, más aún tras la marcha de su amigo Luis Suárez. Sea como sea, los resultados pueden curar todas las heridas y con Ansu Fati parece que la vida puede volver a ser maravillosa.
Ansu Fati es pura dinamita
El internacional español se encargó de abrir la lata frente al Villarreal con un gran gol. Disparó al primer toque para aprovechar una buena asistencia de un Jordi Alba que de momento parece estar a un gran nivel. El segundo lo hizo poco después definiendo con mucha maestría un pase medido de Coutinho, que es otra de las grandes noticias de este Barça. Veremos si el brasileño sigue brillando cuando haya público en la grada, pero de momento ahí está, rindiendo al nivel que se le pedía desde que llegó.
Messi hizo el tercero de penalti gracias a otra internada magistral de Fati y la goleada la redondeó Pau con un gol en propia puerta. El Villarreal no tuvo nada que hacer y tan solo inquietó a Neto en la segunda mitad, más que nada porque los catalanes se relajaron con un resultado tan favorable y dejaron de pisar el acelerador como sí lo habrían hecho en aquella época en la que Pep Guardiola era el jefe de un equipo que nunca se conformaba con lo que lograba.
Mientras se espera que llegue algún que otro fichaje de última hora, como es el caso de Sergiño Dest, Koeman está contento con lo que tiene y cruza los dedos para que ninguna de sus estrellas se lesione, ya que ahora mismo la plantilla es más bien corta.