El Barça es un desastre y no hay quien lo arregle. Por lo menos a corto plazo. El efecto Xavi apenas ha durado y poco o nada ha mejorado el equipo desde que el de Terrassa se hizo con las riendas tras la destitución de Ronald Koeman.
A pesar de que en la previa del partido de Champions ante el Bayern Xavi dijo lo contrario, era evidente que el Barça necesitaba algo así como un milagro para ganar en el Allianz Arena, y eso que los alemanes tenían bajas y no se jugaban prácticamente nada quitando la honra y el dinero que da la UEFA por ganar un partido de Champions.
Goleada sin despeinarse
Los de Julian Nagelsmann pasaron por encima del Barça con una facilidad pasmosa. Tardaron en encontrar su sitio en el campo y en los primeros compases del partido incluso se vieron amenazados, aunque las ocasiones no eran claras y el dominio bávaro no tardó en consolidarse.
Antes del descanso mandaban por 2-0 gracias a los goles de Thomas Müller y Leroy Sané, y en la segunda parte remataron la faena con un gol más antes de que Nagelsmann recurriera al banquillo para dar minutos a los menos habituales.
¿Un año sin Champions en el Camp Nou?
El Barça no está para ganar la Europa League y preocupa mucho su situación en LaLiga, tanto que no está nada claro que la temporada que viene pueda jugar la Champions. No nos lo creeríamos si nos lo dijeran años atrás, pero es que la gestión del club ha sido pésima y la plantilla ha ido envejeciendo sin encontrar sustitutos de nivel. El dinero se ha despilfarrado en jugadores que no han demostrado nada (lo de Coutinho es escandaloso) y las perlas que emergen de la cantera tendrán que consolidarse en los próximos años. Por ello, y porque Leo Messi ya no está para tapar las carencias de un equipo que no puede aspirar a ganar títulos, es normal que los culés tengan pocas ganas de ir al estadio o encender la televisión para ver como sufre el club de sus amores.