A estas alturas ya nadie puede decir que el Atlético de Madrid no es un grande de Europa. Los madrileños han sido capaces de acceder a las semifinales de la Champions League en tres de las cuatro últimas ediciones, algo que está al alcance de muy pocos equipos.
Los del Cholo Simeone sufrieron en el King Power Stadium para cargarse al Leicester City, pero aprendieron de los errores del Sevilla y obtuvieron su billete tras empatar a uno.
Golazo de Saúl
La tranquilidad llegó de la mano de Saúl Ñíguez, un hombre que está acostumbrándose a marcar en partidos importantes. El joven centrocampista rojiblanco abrió la lata en el minuto 26 al aprovechar un centro de Filipe Luis que no parecía llevar demasiado peligro.
Su remate de cabeza fue espléndido. Sorprendió a un Kasper Schmeichel que tardó en reaccionar, y que cuando lo hizo no fue capaz de despejar el balón. Fue un cabezazo al segundo palo para enmarcar.
Vardy dio esperanzas a los suyos
Jamie Vardy dio emoción a la eliminatoria en el minuto 61. El goleador británico se hizo con un balón que quedó muerto en el área y superó tanto a Jan Oblak como a los jugadores que trataban de evitar el gol desde la línea de fondo.
A partir de ese momento el Atlético se encerró y defendió el resultado con uñas y dientes. El Leicester tuvo alguna que otra, como por ejemplo un lanzamiento de falta de Riyad Mahrez que no se perdió por mucho. Savic y Giménez se hicieron fuertes, y de Oblak creo que no es necesario decir nada. El esloveno es un seguro de vida.