El Atlético de Madrid llevaba 19 meses sin perder en el Vicente Calderón en un partido de Liga. La racha era espectacular, pero ayer llegó a su fin por culpa de un Villarreal que hizo muy bien las cosas de principio a fin.
Los rojiblancos tuvieron ocasiones para marcar, la más clara de todas un cabezazo de Mario Mandzukic que acabó en las redes de la portería defendida por Sergio Asenjo. Pérez Montero se equivocó anulando su gol por presunta falta sobre Mario Gaspar, ya que en la repetición se puede apreciar que el delantero centro croata salta sin apoyarse en el defensa castellonense.
Vietto rompió una cintura para romper el partido
Los visitantes también tuvieron tiempo para quejarse de la actuación arbitral, puesto que Gabi cometió penalti al tocar el balón con la mano cuando Uche intentaba liarla en el área de Miguel Ángel Moyá.
El guardameta de Binisalem tuvo más trabajo de lo que suele ser habitual. Paró todo lo que tenía que parar, pero en el minuto 84 no pudo evitar el único gol del partido. Luciano Vietto, que por cierto está de dulce, le rompió la cintura a Diego Godín y marcó sin colocar el balón en exceso.
Los madrileños se acordaron de las ocasiones desaprovechadas y no fueron capaces de reaccionar en los poco más de cinco minutos que le quedaban al partido. Por eso ahora están a tres puntos del Barça y a siete del Madrid.
Sin el Frente Atlético
La buena noticia fue que el Frente Atlético no pudo acceder al estadio como peña. Los ultras estuvieron presentes en el Vicente Calderón, pero se vieron obligados a entrar sin pancartas y sin la simbología que suelen exhibir domingo tras domingo. El despliegue policial fue diez veces superior al habitual.
Sus cánticos de protesta no sirvieron de nada, porque la mayoría de aficionados les dieron la espalda silbándoles cada vez que levantaban la voz. Se impuso la cordura. Ganó el fútbol.