El Atlético de Madrid, al igual que el Barça, se ha despedido de la presente edición de la Champions League a falta de una jornada para que concluya la fase de grupos. Sin duda, una fracaso mayúsculo teniendo en cuenta que el grupo en el que estaban encuadrados no era tan difícil. Pero eso sí, que nadie le pida explicaciones al Cholo Simeone, que seguirá como intocable y se irá cuando él quiera. En fin…
El Leverkusen siempre dio primero
El Bayer Leverkusen de Xabi Alonso también tenía la necesidad imperiosa de ganar para seguir vivo en la competición, así que el empate a 2 con el que finalizó el partido deja fuera a unos y a otros, que ahora pelearán por una plaza en la Europa League. El Atlético debería obligarse a ganar en Oporto, ya que el Bayer será tercero si logra un resultado mejor que los rojiblancos, y teniendo en cuenta que reciben al Brujas no es nada descabellado pensar que van a ganar.
Las cosas no empezaron bien para el Atlético. En el minuto 9, en una jugada en la que Antoine Griezmann sufre una lipotimia, los alemanes hicieron el 0-1 gracias a Moussa Diaby, que definió muy bien ante Jan Oblak poniéndola en la escuadra.
Los locales no se vinieron abajo y empataron bastante pronto gracias a un buen latigazo de Carrasco desde fuera del área. Era el minuto 22 y todo volvía a estar como al principio.
El Bayer, que creó peligro durante toda la noche, vio puerta una vez más en una gran recuperación de balón que culminó Callum Hudson-Odoi controlando con sangre fría y superando a Oblak (y una maraña de piernas). Eso pasó en el minuto 29 y con ventaja para los de Leverkusen se llegó al descanso.
Tras la reanudación los de Simeone espabilaron. Rodrigo De Paul hizo el 2-2 con un gran disparo desde fuera del área en el minuto 50 y el Metropolitano se vino arriba. Sin embargo, el tercero no llegó e incluso los visitantes pudieron adelantarse en el marcador en más de una contra.
Un final muy trágico
La última jugada del partido, con Oblak subiendo a rematar a la desesperada, se saldó con unas manos pitadas tras la revisión del VAR. Carrasco asumió la responsabilidad de lanzar el penalti y falló. El portero adivinó sus intenciones y el remate posterior de Saúl se estrelló contra el larguero. Después llegó un remate más de un futbolista del Atlético, pero Carrasco lo desvió sin querer. ¿Dónde estaba Griezmann para lanzarlo? Una súper estrella, sí…