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El Atlético de Madrid se merece volver a ser un grande


La situación deportiva e institucional del Atlético de Madrid no pasa por su mejor momento. La eliminación del equipo en Champions ha levantado serias dudas en el seno rojiblanco, especialmente por la imagen que ha dado por Europa. La sensación de impotencia, falta de orgullo y mediocridad ante el Oporto en el partido de ida fue indiscutible. El equipo no dio la talla y la afición terminó desilusionada por completo.

Abel Resino sorprendió a todos dejando a Diego Forlán en el banquillo. Es inadmisible que deje sentado en un partido de tal importancia al futbolista más resolutivo. Ahora, el objetivo es acabar dignamente la temporada consiguiendo un cuarto puesto en la Liga, los nubarrones se ciernen sobre el Vicente Calderón.

Al equipo le falta un líder que lo conduzca con habilidad y enganche con solvencia la defensa con el ataque. Pero por otro lado, la crisis no invita a pensar que existan grandes despilfarros para reforzar a un club más que tocado, a pesar de tener en su plantilla a grandísimos jugadores. Aunque pensándolo bien: Forlán, Simao y Maxi rozan ya los treinta años.

El Kun Agüero, actual emblema del Atlético, puede marchar a final de temporada. Pero si el Atlético quiere volver a ser grande, el sentido común dice que habría que retenerle. Un club como el Atlético de Madrid no debería conformarse con ser un equipo mediocre que luche en la mitad de la tabla.

Por otro lado, la duda sobre la capacidad de los directivos para reflotar a la institución es permanente. Los aficionados ansían una recuperación inmediata. Necesitan volver a creer, deben salir a flote. Esperemos que en 2011, cuando se estrene la Peineta, el nuevo estadio del Atlético, vuelva a ser un club grande que se corresponda con la historia de la entidad.

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