Hay que ver lo malas que son las prisas. El Athletic de Bilbao empieza a temer por su permanencia en Primera División y quiere reforzarse antes de que se cierre el mercado de invierno. Josu Urrutia ha respaldado a Ernesto Valverde y le ha dicho que llegará algún que otro refuerzo. Y en eso están, tras los pasos de un Asier Illarramendi que no cuenta para Carlo Ancelotti.
Una oferta difícil de rechazar
Lo más sorprendente de todo es la cantidad que están dispuestos a pagar. Son 25 millones de euros por un hombre que en su día costó 32, y que en lo que va de temporada solo ha disputado 21 partidos, 8 de los cuales como titular. Ni la lesión de Luka Modric le ha servido para ganarse un puesto en el once inicial del Real Madrid.
Problemas no debería haber. Es una cantidad más que generosa por el de Mutriku, que a su vez está deseando tener más minutos. No volvería a casa porque ésa siempre ha estado en Anoeta, pero estoy convencido de que no haría ascos a la posibilidad de convertirse en un león más si las condiciones salariales le convencen. Es verdad que un buen día dijo que «nunca iría al Athletic», pero ya se sabe lo que pasa después…
Urrutia y Florentino no son amigos
El principal obstáculo tiene que ver con la relación que mantienen Urrutia y Florentino Pérez. El mandamás del Athletic se enfadó cuando los blancos se negaron a ceder su estadio para disputar la final de la Copa del Rey de 2012 alegando que iban a reformar los baños, y las conversaciones entre ambos nunca han sido amistosas a la hora de sentarse a negociar por jugadores rojiblancos. No hay que olvidar que Urrutia es de los que se remiten a la cláusula de rescisión para vender, algo que pasó con Javi Martínez y Fernando Llorente, que llegaron a sonar para el Madrid.
Veremos si liman asperezas e Illarra cambia de aires. Su salida propiciaría la llegada de Lucas Silva, un brasileño que les ha enamorado, pero no tanto como para pagar lo que piden por él (15 millones de euros).