Mikel Arteta sabe perfectamente que el Arsenal tendrá que hacer las cosas casi perfectas para ganar la Premier League. Por eso ayer se fue al vestuario con cara de pocos amigos cuando el árbitro señaló el final de un partido que deberían haber ganado. Se dejaron dos puntos en Southampton que pueden ser decisivos a la hora de hablar del campeón o de sellar una de las cuatro posiciones que te dan derecho a jugar la próxima edición de la Champions League.
El que perdona lo acaba pagando
Los ‘gunners’ empezaron muy enchufados y pronto se adelantaron en el marcador gracias a un gol de Granit Xhaka, que ya había avisado minutos antes con un disparo que fue repelido por el joven Gavin Bazunu, que fue de lejos el mejor del partido. El centrocampista suizo vio puerta aprovechando un buen centro desde la banda derecha que empaló a bote pronto.
Las ocasiones de gol se sucedieron y el Arsenal no finiquitó el partido en la primera mitad, que es cuando pudo dejar contra las cuerdas a un Southampton que no creaba peligro alguno. Sin embargo, la falta de acierto y las buenas actuaciones de Bazunu mantuvieron a los locales con vida.
Como suele pasar en el mundo del fútbol, el que perdona la acaba pagando. Y así fue. En el minuto 65, en un contraataque muy bien dirigido por Mohamed Elyounoussi, Stuart Armstrong se plantó ante Aaron Ramsdale y le superó con un disparo cruzado que entró con la potencia justa como para superar al portero del Arsenal.
El City está a solo dos puntos
Los de Arteta no fueron capaces de volver a generar grandes oportunidades de gol y se conformaron con un punto que les deja a tiro del Manchester City. Ahora los ‘citizens’ está a tan solo dos puntos de ventaja, así que se vuelve a apretar mucho la lucha por la Premier. Eso sí, el resto de rivales, como por ejemplo el Tottenham, siguen dejándose puntos por el camino.