No hubo ‘Alcorconazo’ ni nada por el estilo. El Alavés hizo bueno el 0-2 obtenido en la ida y estará en el sorteo de las semifinales de la Copa del Rey.
El Alcorcón lo intentó por activa y por pasiva, sin miedo a encajar un gol porque no tenía nada que perder. Estuvo cerca de sorprender a los vascos, pero al final el marcador no se movió y el sueño de los madrileños no ha podido ir más allá de los cuartos de final.
Vivir de rentas suele ser arriesgado
Aunque Mauricio Pellegrino habló de «ir a matar» en la rueda de prensa anterior a la disputa del partido, lo cierto es que los suyos no estuvieron a la altura. Se confiaron con la ventaja que lograron en la ida y esperaron a su rival sin intención de ir a por el triunfo.
Eso lo aprovechó el Alcorcón, que se hizo grande por momentos y llegó a vivir en el área de los blanquiazules. Tanto en jugada como a balón parado generaban ocasiones de gol, pero la falta de puntería les condenó.
La actitud del Alavés no cambió ni en el segundo tiempo, cuando un mosqueado Pellegrino dio entrada a Llorente e Ibai para animar la contienda. Los aficionados vitorianos se aburrieron una barbaridad y llegaron a sufrir aunque solo fuera en pequeñas dosis, ya que el colchón en el que podían sestear sus jugadores era más grueso y blando si cabe gracias a la falta de acierto de los visitantes, que se despidieron de la Copa del Rey con la cabeza bien alta.