El Alavés consiguió anoche un hito histórico: clasificarse para la primera final de Copa del Rey de su historia. De hecho, la última final que disputó el equipo vasco fue hace 16 años, cuando logró llegar al partido decisivo de la extinta Copa de la UEFA en 2001. Lamentablemente, en aquella ocasión el Liverpool le arrebató el primer gran título de su historia.
Los de Pellegrino, que gracias a un gol de Edgar se impusieron al Celta en un partido emocionante, pelearán la Copa al Barcelona el próximo 27 de mayo.
Un partido con bastante ritmo
Tras el 0-0 de la ida en Balaídos, el partido de vuelta en el campo del Alavés se desarrolló con bastante ritmo. Aunque el cuadro gallego tuvo varias ocasiones durante el partido, fueron los vitorianos los que lograron alzarse con la victoria gracias a su sincronizada estructura defensiva y su a gran segunda mitad, en la que pusieron más sobre el césped.
Seis minutos de prolongación
Fue el canario Edgar, que saltó al campo en el minuto 79, quien resolvió el partido a falta de ocho minutos del final, sin contar los seis minutos de prolongación que ordenó el árbitro, Mateu Lahoz, y que supusieron la lesión del goleador.
Mendizorroza, toda una fiesta
Como no podía ser de otra manera, en el estadio de Mendizorroza se vivió toda una fiesta, que recordó a la de 2001, cuando el Alavés paso a la final de la Copa de la UEFA, en este caso con Mané en el banquillo. Sin duda, una de las mejores cosas del partido fue el ambiente de las gradas. Y es que la afición vasca no perdió la fe en ningún momento y empujó a su equipo hasta una clasificación histórica.