El Athletic de Bilbao tendrá que hacer en la Europa League lo mismo que el Real Madrid en la Champions, remontar un 2-1 en contra. Los de Marcelo Bielsa perdieron por ese resultado en campo del Sporting de Lisboa pese a que llegaron a ir ganando. El resultado más justo fue el que fue, así que no hay tiempo para lamentarse y ahora hay que alentar a los aficionados para que la semana que viene San Mamés sea una olla a presión, algo que no dudo que será así.
Físicamente el Athletic se mostró muy tocado, falto de energía. No pudo desplegar el fútbol que deslumbró tanto en Old Trafford como en el Veltins Arena de Gelsenkirchen. La acumulación de partidos de algunos jugadores hizo que la presión y los desmarques estuvieran faltos de intensidad.
A pesar de los pesares, el Athletic logró un gol que puede ser decisivo para lograr un billete a Bucarest. Lo anotó Aurtenetxe tras el lanzamiento de una falta lateral que botó Markel Susaeta. La afición vasca lo celebraba por todo lo alto pero los lusos no le perdieron nunca la fe al partido y le dieron la vuelta al marcador.
Primero fue Emiliano Insúa quien batió a Gorka Iraizoz en el minuto 75. El argentino sorprendió a todo el mundo con un remate de cabeza cargado de intención. Cinco minutos más tarde fue Diego Capel quien llevó la alegría al José Alvalade con un tremendo disparo desde fuera del área.