El dinero no puede comprar títulos. Los multimillonarios que se han hecho con el control de algunos equipos de fútbol han llegado a pensar que sí, pero con el paso de los años se están dando cuenta de que ganar competiciones no es tan fácil como parece.
Se lo pueden preguntar al Chelsea de Roman Abramovich, que tardó siete años en levantar su primera Champions League después de invertir más de 1.000 millones de euros en fichajes. El Málaga, a pequeña escala, también experimentó una transformación similar y rozó las semifinales de dicha competición en el que fue el mejor año de su historia.
Los casos más recientes son los del Manchester City y el PSG, dos clubes que han dado un salto cualitativo espectacular gracias al dinero, pero que continúan lejos de jugar la final soñada por todos, la que este año se disputa el 6 de junio en el Olympiastadion de Berlín.
Falta de arraigo
Es una clara demostración de que con dinero no te aseguras tener un equipo campeón. Al final suelen ser los históricos, los de siempre, los que acaban peleando por lo importante. Real Madrid, Barça, Bayern de Múnich, Juventus, Manchester United… También tienen dinero, por supuesto, y lo más importante de todo es que cuentan con una masa social muy asentada y los ciudadanos se sienten identificados con el equipo.
Canteras descuidadas
En esto último tiene mucho que ver el cuidado de la cantera, la planificación desde las categorías inferiores. El PSG ficha a cualquier jugador pagando mucho dinero, pero ese jugador no se siente identificado con los colores. Besa el escudo en el día de su presentación pensando en el sueldo que le van a pagar, pero en sus adentros no hay nada de la cultura y el know-how del club.
No podemos decir lo mismo de casos como los de Xavi Hernández, Andrés Iniesta, Philipp Lahm, Iker Casillas, Sergio Ramos… Son jugadores con una larga trayectoria en sus respectivos clubes y con un amor reconocido por los colores que defienden. Emblemas con los que un aficionado simpatiza sin necesidad de esforzarse por ello.
El City está cambiando de estrategia
En eso está trabajando el City en los últimos años. Ficharon a Ferran Soriano y a Txiki Begiristain para crear una estructura parecida a la que tiene el Barça, y a decir verdad van por buen camino. En poco tiempo veremos a varios jugadores de la cantera en el primer equipo, algunos de ellos nacidos en el Reino Unido. Será la mejor forma de crecer tanto en la ciudad como en otros países donde poco a poco aumenta su número de fans.
Hasta que ese día no llegue, veremos equipos con grandes jugadores que se la pegan una y otra vez en la Champions. De nada servirán los petrodólares. Ayudan, desde luego, pero en el mundo del fútbol el dinero no es un valor seguro. Y me alegro de que sea así por el bien del espectáculo, del romanticismo y de la competitividad.