Brasil y Argentina, sin Neymar y sin Messi, son selecciones incapaces de hacer daño a sus rivales. Nos ha quedado muy claro tras las derrotas que han encajado en la primera jornada de las eliminatorias sudamericanas para el Mundial de Rusia.
La canarinha no pudo con Chile a domicilio, mientras que la albiceleste cayó en casa ante una selección ecuatoriana que no esperaba llevarse un botín tan suculento.
Chile 2-0 Brasil
La actual campeona de Sudamérica superó sin demasiados apuros a Brasil. Los de Dunga apenas crearon peligro y dieron una imagen muy pobre, faltos de la creatividad de Neymar y concediendo demasiadas facilidades en defensa.
Eduardo Vargas, que ya había tenido una buena oportunidad en la primera parte con un disparo lejano, abrió la cuenta en el minuto 72. Se hizo justicia a la salida de una falta lateral que remató anticipándose a su par. Fue toda una liberación.
La sentencia llegó a un minuto para el final. Alexis Sánchez condujo un contraataque perfecto y se apoyó en Arturo Vidal para superar a Jefferson, que ayer tuvo bastante faena. Los jugadores brasileños se marcharon al vestuario cabizbajos y con la sensación de haber jugado un mal partido.
Argentina 0-2 Ecuador
Pastore, Di María, Agüero, Tévez, Correa… No fueron capaces de batir a Alexander Domínguez que lo despejó todo. Y digo «despejó» porque es el típico portero sudamericano que no bloca ni los disparos que llegan a 5 km/h.
Ecuador supo aguantar las embestidas de una Argentina que no perdía en Buenos Aires desde 1993, cuando se disputó el último partido de las eliminatorias previas al Mundial de 1994.
La lesión del Kun, en el minuto 23, les hizo daño. Eran incapaces de generar peligro y Ecuador ganaba metros aprovechando las indecisiones locales. De hecho, en la segunda parte se lo llegaron a creer e hicieron historia con dos goles que llegaron en los últimos 10 minutos.
Primero fue Frickson Erazo, a la salida de un córner, y un minuto más tarde Felipe Caicedo. El delantero del Espanyol culminó un gran contraataque que finiquitó el partido. El Monumental enmudeció y más de uno se dio cuenta de lo importante que es mimar a Messi.