La España de Julen Lopetegui sigue invicta. Anoche mereció mantener esa condición en un Saint-Denis que se vistió de gala para acoger uno de los partidos más atractivos que se pueden ver hoy en día en Europa.
Fueron superiores por las ocasiones de gol que fueron capaces de generar y por la posesión de balón. Está claro que el tiki-taka de Luis Aragonés y Vicente del Bosque no se va a perder con el técnico vasco al mando. Y menos mal, porque es a lo que sabemos jugar.
Gran inicio de Francia
Hay que decir que los galos empujaron más durante los primeros minutos. Kylian Mbappé, que fue titular, pudo abrir la lata rematando un centro que David de Gea acertó a despejar. Después llegó un cabezazo de Laurent Koscielny que Gerard Piqué sacó desde la misma línea de gol.
España siempre mereció más
Las cosas cambiaron a partir de ese momento y España se gustó. Sobre todo jugando por banda derecha, donde Pedro y Dani Carvajal hacían de las suyas para apurar la línea de fondo antes de sacar un centro buscando a un compañero. La mejor de todas la tuvo Andrés Iniesta, que recibió un gran pase de Pedro dentro del área y no pudo superar a Hugo Lloris empleando el exterior de su bota derecha.
La noche de Deulofeu y el videoarbitraje
Las cosas no cambiaron mucho en la segunda parte, donde todo el protagonismo fue para Gerard Deulofeu y para el VAR, que son las siglas empleadas para referirse al videoarbitraje.
Antoine Griezmann adelantó a Francia y los galos lo celebraron por todo lo alto, pero la tecnología entró en acción para invalidar el tanto. El delantero centro del Atlético de Madrid estaba en fuera de juego cuando remató de cabeza.
Minutos después, coincidiendo con la entrada al campo de Deulofeu, el jugador del Milan fue derribado en el área por Koscielny y el árbitro, el alemán Felix Zwayer, no se lo pensó dos veces. David Silva fue el encargado de transformar el penalti y no falló. Engañó a Lloris.
La sentencia se produjo con suspense. Fue en una gran jugada que nació en las botas de Sergio Busquets, que se inventó una ruleta para asistir a Jordi Alba. Éste se la dio a Silva, que se la devolvió para que la pusiera en el área. Allí encontró a Deulofeu en posición correcta, aunque el asistente levantó la bandera pensando que fue fuera de juego. El VAR, una vez más, el dio la razón a España y el 0-2 definitivo subió al electrónico.