A estas alturas tendremos que decir que Romario y Ronaldinho se cuidaban más que Ousmane Dembélé. El galáctico fichaje del Barça, que no costó mucho menos que Philippe Coutinho, genera cada día más dudas tanto a los directivos como a los aficionados culés. Llegó con la etiqueta de futbolista muy prometedor y lo cierto es que tiene muchas cualidades, pero ninguna de ellas sirve de nada si no se cuida, si no se comporta como un verdadero profesional.
Lesiones que no llegan por casualidad
Ya son ocho lesiones musculares las que acumula desde que llegó al Barça y todo parece indicar que tanto su dieta como su ritmo de vida no son los más apropiados. No es de esos que se van de discoteca todas las noches, pero él mismo ha llegado a reconocer que se va a dormir muy tarde porque se queda jugando a la videoconsola con sus amigos, que por lo visto no son pocos.
Que el Barça tenga que hacer de padre no es lo normal, pero cuando te has gastado tanto dinero te dan ganas de mover hilos para enderezar el rumbo del que podría ser uno de los mejores futbolistas del mundo en los próximos años.
Por muy bueno que sea…
En lugar de tomarse en serio lo de la aventura del Barça, que era la que más ilusión le hacía y la que le llevó a desobeceder órdenes cuando todavía era jugador del Borussia Dortmund, se ha relajado y se lo toma todo a cachondeo, como si ya hubiera logrado lo que quería y no tuviera que trabajar para mantenerse. Y ojo, que cuando se dice eso de que cuesta más mantenerse que llegar será por algo, y sobre todo a estos niveles en los que la exigencia es máxima.
Lo que está claro es que a Dembélé jamás le podrá la presión. Vive despreocupado y eso es una ventaja, ya que muchos futbolistas no llegan a brillar como podrían brillar por temas psicológicos, por ansiedad y nervios a la hora de dar un paso al frente en equipos de primer nivel (véase Asier Illarramendi, quien de todas formas tampoco tiene las cualidades técnicas de Xabi Alonso). Sin embargo, debería tomar nota de algunos de sus compañeros para demostrar que no se equivocaron cuando se gastaron tanto dinero en su fichaje. Sin ir más lejos, tiene al mejor jugador del mundo a su lado, un tipo que se cuida todos los días porque es un verdadero profesional. Si no lo hiciera estaríamos hablando de un genio irregular que con 32 años estaría acabado.