Kevin De Bruyne es uno de los principales responsables de que el Wolfsburgo esté completando una temporada espectacular. Están en los cuartos de final de la Copa de Alemania (la DFB Pokal) y en los de la Europea League, mientras que en la Bundesliga ocupan la segunda posición y si no pasa nada raro jugarán la Champions League sin verse obligados a jugar una fase previa.
No deja de crecer
El joven futbolista belga de 23 años llegó a Alemania procedente del Chelsea a cambio de 21,5 millones de euros, y desde entonces no ha dejado de crecer hasta convertirse en uno de los más deseados de Europa. Su buen Mundial de Brasil también le ayudó a promocionarse, y ahora todo apunta a que el PSG podría ser su destino.
¿Cuestión de dinero?
Los franceses venderán a Ezequiel Lavezzi y renovarán su plantilla con jugadores tan prometedores como él. Lo malo es que por menos de 35 millones de euros no van a obtener un «sí» por respuesta cuando negocien con el Wolfsburgo. El club germano está creciendo a pasos agigantados con el apoyo de Volkswagen, una de las marcas más potentes de la industria automovilística. Aparecen en la camiseta con su famoso logo y también dan nombre al estadio, que se llama Volkswagen-Arena.
Lo que es evidente es que su sueldo, juegue donde juegue, se disparará a partir del próximo 30 de junio.
Goleador y generoso
En 38 partidos, De Bruyne ha anotado 14 goles y ha repartido 21 asistencias, dígitos que le permiten ser uno de los pilares clave del equipo, un titular indiscutible para un Dieter Hecking que le ha dado toda su confianza sabedor de su enorme potencial.