Anoche el FC Barcelona logró el pase a la final de la Champions League merecidamente. Demostró ser mejor que el Real Madrid y sigue siendo el equipo más temible de Europa en estos momentos. Pese a ello, no se puede negar que los azulgrana recibieron algún que otro guiño por parte de Frank de Bleeckere, colegiado belga que dirigió el partido de vuelta de las semifinales de la Champions League en el Camp Nou.
Influir no influyó en el resultado final, eso está claro. Todavía me horrorizo ante la gran cantidad de gente que piensa que el gol de Gonzalo Higuaín debió subir al marcador al inicio de la segunda mitad. No hay ley de la ventaja que valga si Cristiano Ronaldo arrolla a Javier Mascherano cuando Gerard Piqué le empuja. ¿O acaso es legal darle una patada o un puñetazo a alguien cuando te acaban de hacer falta? La ley de la ventaja es para que siga el juego, pero para que siga el juego con normalidad, no te permite hacer falta, no es como la inmunidad del videojuego ‘Mario Kart’ que te permite acabar con tus rivales. Eso siempre y cuando Mascherano fuera derribado por Cristiano Ronaldo, pues sinceramente no lo tengo muy claro después de ver el vídeo varias veces.
Lo que sí fue de escándalo fue la gran cantidad de faltas que pitó a favor del Barça por nada y menos. Los hombres de Pep Guardiola tienen muy bien aprendida la lección de que al mínimo contacto tienen que irse al suelo. Teatro del bueno que merece ser reconocido por alguna academia de actores de prestigio. Un claro ejemplo de ello se puedo ver en los últimos minutos, cuando Mascherano se quedó en el suelo retorciéndose como si Lass le hubiera arrancado la pierna con un presunto plantillazo (tocó balón). Antes de empezar con el teatro miró al árbitro, luego ya empezaron las vueltas de campana en el suelo. Al cabo de 30 segundos ya estaba de pie corriendo como si nada.
Del lado madridista todo lo contrario, Cristiano Ronaldo fue derribado en más de una ocasión y De Bleeckere pasó olímpicamente. Ante tales decisiones Iker Casillas no pudo evitar llevarse la mano a su rostro diciendo eso de «¡Vaya cara!». CR7 terminó el partido desquiciado y no se cortó ni un pelo tras salir de la ducha:
El año que viene que le den directamente la copa al Barcelona. Para esto era mejor no venir. El titular del partido es ‘Misión Imposible 4’.
¿Pensáis que anoche se vio claramente que De Bleeckere no se complicó la vida y pitó a favor del Barça? ¿Pudo influir la rajada de José Mourinho en que el arbitraje no fuera todo lo justo que debería ser? ¿Debería sancionar la UEFA los piscinazos de los jugadores del Barça? ¡Espero vuestros comentarios!