Nadie creía más en la remontada que él. En una entrevista concedida a Real Madrid TV dijo que vivirían una noche mágica, una noche perfecta. Era lo que necesitaban para darle la vuelta a la eliminatoria y él se encargó de que los goles subieran al marcador.
Cristiano Ronaldo marcó las diferencias. El portugués decidió el partido con un ‘hat-trick’ histórico que mete al Madrid en las semifinales de su competición favorita. El Wolfsburgo no estuvo a la altura de las circunstancias y salió medio llorando del Santiago Bernabéu, un estadio que se transformó para animar a los suyos desde el primer minuto hasta el último.
El Bernabéu todo lo cura
El Madrid es mucho Madrid. Tiene ese gen ganador que te permite remontar eliminatorias que están cuesta arriba. En el Volkswagen-Arena no se les vio con muchas ganas y sufrieron en defensa, pero lo de anoche fue otra historia completamente distinta.
Zinedine Zidane, que acabó con el pantalón roto celebrando el 3-0, reconoció haber vivido su mejor partido como entrenador. El francés no paró desde la banda y celebró con efusividad los tres goles de su equipo. Él sabía mejor que nadie que lo de las noches mágicas en el Bernabéu no es una leyenda urbana.
El mejor Cristiano
El asedio empezó muy pronto, cuando Sergio Ramos envió el balón al larguero a la salida de un córner. No era más que un aviso. El primer tanto, que subió en el minuto 16, se coció en una galopada de Dani Carvajal, que afortunadamente para los blancos fue titular. El canterano trató de conectar con CR7 y lo logró con algo de suerte, ya que el balón tocó en un jugador del Wolfsburgo y se paseó por el área hasta llegar a los pies del luso, que definió a placer.
Solo un minuto más tarde, y con el Bernabéu rugiendo como nunca, Cristiano volvió a aparecer a la salida de un córner para rematar el centro de Toni Kroos con una facilidad pasmosa. Su movimiento fue angelical y Diego Benaglio no fue capaz de reaccionar a tiempo para despejar el esférico. El 2-0 estaba servido y la eliminatoria volvía a empezar.
Los minutos fueron pasando y el Madrid no era capaz de dar con el tercero (la más clara la tuvo Ramos con un cabezazo al poste). Los jugadores tampoco tenían excesiva prisa. Sabían que lo mejor era cocer el partido a fuego lento, sin agobiarse en exceso. Todo hasta que Luka Modric fue derribado en la frontal del área y Cristiano pidió el balón como suele ser habitual. El perfil era más propicio para Gareth Bale, pero ya sabemos quién manda.
Keylor Navas se acercó hasta su posición y le dijo que andara despacio hacia el balón. El costarricense, acostumbrado a sufrirle en los entrenamientos, sabía que era la mejor forma de que el disparo fuera a puerta. No superó la barrera, pero aprovechó el hueco que se abrió entres dos futbolistas para poner patas arriba el Bernabéu. Acababa de firmar una de sus noches más gloriosas como profesional, aunque poco después se encargó de decir que no había sido su mejor noche en Europa.
Benzema y Jesé pudieron sentenciar
Quedaban 13 minutos y cualquier cosa podía pasar. Sin embargo, el Wolfsburgo dio la sensación de estar tocado y hundido. No fue capaz de generar ocasiones claras de gol y el Madrid pudo sentenciar. Primero por mediación de Karim Benzema, que completó un gran partido, y después con una buena acción de Jesé. En ambos casos se toparon con un inspirado Benaglio que evitó una goleada mayor.
El húngaro Viktor Kassai señaló el final del partido y el madridismo explotó de alegría. Por sexto año consecutivo estarán en unas semifinales de la Champions League.